Mazatlán, Sin., Los indígenas taramaris que habitan en la sierra de Sinaloa padecen enfermedades derivadas de la desnutrición crónica, dio a conocer el Colectivo Tarahumara Sinaloense.

Dijo que este sector de la población carece de servicios de salud y las caravanas médicas de las autoridades ni siquiera han llegado a esas regiones en este año.

Hortensia López Gaxiola, integrante de dicha agrupación, informó del deceso, el domingo pasado, del indígena Antonio Chabuchi, residente de la comunidad de Jicapori, municipio de Sinaloa de Leyva.

Explicó que falleció por un cuadro severo de desnutrición, luego de permanecer hospitalizado dos semanas; por carecer de dinero, no pudo ser trasladado a tiempo al municipio de Guasave para recibir atención médica.

La activista consideró que el gobierno estatal, a cargo del priísta Quirino Ordaz Coppel, ha desatendido a la población indígena, que no cuenta con servicio médico. Refirió que cuando alguna mujer da a luz tiene que ser llevada a Guasave.

Expuso que los taramaris de Sinaloa provienen de la misma raíz de los rarámuris de Chihuahua, aunque su lenguaje ha tenido variaciones; según estudiosos como el lingüista Enrique Servín (ya fallecido), es un grupo indígena poco estudiado que se arraigó en la frontera entre Sinaloa y Chihuahua.

López Gaxiola refirió que desde hace tres años el colectivo organiza jornadas de apoyo para llevar a ese grupo étnico alimentos, ropa, medicamentos y otros artículos . Fijan un punto de reunión en cada comunidad para que los indígenas bajen de las zonas altas y puedan recibir la ayuda que se reúne con el apoyo de diversos grupos sociales y organizaciones.

Mencionó que desde hace semanas el Colectivo Tarahumara Sinaloense organiza un viaje para llevar alimentos y medicamentos a las familias, pero se les ha dificultado por la pandemia de Covid-19 y por la falta de vehículos.

Indicó que los taramaris siembran maíz y frijol para autoconsumo, pues no existen condiciones para obtener algún empleo debido a que están prácticamente aislados. Para llegar de sus viviendas a las cabeceras municipales tienen que caminar hasta siete horas.

Destacó que no hay un censo de familias taramaris en Sinaloa, pero calculan que pueden ser alrededor de 2 mil personas distribuidas en la sierra de los municipios colindantes con Chihuahua.

Reprochó que existe desinterés de las dependencias del gobierno sinaloense y del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia para brindar ayuda a las comunidades indígenas, a las que ni siquiera incluyen en programas asistenciales.

Preciso que el año pasado el Congreso local autorizó 11 millones de pesos para grupos vulnerables y se adquirieron despensas, pero los taramaris fueron excluidos. Este año se aprobó la misma cantidad y se especificó que el apoyo sea para familias indígenas y los integrantes de éstas que laboren de jornaleros agrícolas.