Cada año se registran en México más de 7 mil casos de cáncer de hígado, pero durante la pandemia los afectados no han podido recibir la atención médica necesaria, por lo que es probable que alrededor de 20 por ciento de las personas que han necesitado de atención médica para diagnóstico y tratamiento en los pasados cinco meses, hayan muerto, dijo Carlos Flórez Zorrilla, responsable del programa de trasplante hepático en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).

El funcionario recordó que, con motivo de la pandemia de Covid-19, se suspendieron los servicios de otras especialidades médicas, salvo los casos urgentes. Respecto del cáncer de hígado, la totalidad de consultas y cirugías permanece sin ser atendida.

De por sí este tipo de tumor, que es el sexto más frecuente en el país, tiene una alta letalidad. En 2018 se reportaron 6 mil 868 defunciones por esta causa, y al no realizar los diagnósticos ni proporcionar las terapias disponibles, la esperanza de vida de los afectados disminuye sensiblemente.

Indicó que la mayor prevalencia del padecimiento se presenta en los estados de México, Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León, Jalisco, Puebla y Oaxaca.

En conferencia con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis, comentó que este padecimiento y su consecuencia directa, el cáncer de hígado, requiere una atención multidisciplinaria, a fin de ofrecer a los afectados las mayores posibilidades de sobrevida.

Flórez, también miembro de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática, resaltó que para el reinicio de actividades en los hospitales existen lineamientos de la Secretaría de Salud que prevén la necesidad de asegurar a trabajadores y pacientes que las diferentes áreas estarán libres de Covid-19, en particular las de terapia intensiva y lugares de circulación dentro de los nosocomios.