s la monarquía más popular y atractivo para los turistas que visitan Londres, el cual se centra especialmente en Isabel II con 94 años. Es también la que posee mayor riqueza del Reino Unido: más de 120 mil millones de dólares, y paga casi nada por las propiedades que tiene en diversas ciudades y el campo. Y, para colmo, es una pesada carga para las finanzas públicas.

Ahora, la añeja institución está en crisis. No sólo porque Isabel parece haber perdido el control que debe ejercer en el sistema gubernamental, sino por los escándalos que rodean a varios integrantes de su familia.

El más candente tiene como protagonista al príncipe Andrés, nieto consentido de la reina, implicado en la red de abusos sexuales cometidos por el millonario estadunidense Jeffrey Epstein. Éste fue detenido hace un año acusado de tráfico y abuso sexual de menores en varias de sus mansiones. Era amigo de Donald Trump, Bill Clinton y personajes de la cultura.

Pendía sobre Epstein una condena de hasta 45 años de cárcel, mas apareció muerto en la prisión de alta seguridad de Nueva York, donde se hallaba detenido. Según las autoridades, aparentemente se suicidó ahorcándose. El alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, dijo que si Epstein ya no puede incriminar a otros, es demasiado conveniente.

Y entre los incriminados está Andrés. En una entrevista que concedió a la BBC trató de justificar su amistad con el millonario y negó conocer y tener relaciones sexuales con las mujeres que denunciaron a Epstein. Pero una de ellas mostró fotografías donde aparecen juntos, y un video muestra al príncipe con una de las abusadas, desnuda.

Recién detuvieron a Ghislaine Maxwell, amiga íntima del millonario, encargada de reclutarle mujeres que fueron abusadas por él. La acusan de incitación y conspiración para atraer y transportar a menores de edad para participar en actos sexuales ilegales, y por perjurio.

Mala noticia para algunos amigos de Epstein: Ghislaine posee grabaciones que los implican en abusos sexuales, uno de ellos, Andrés.