ntre los primeros efectos de la detención de Uribe, afirma Pedro Santana en la revista colombiana Sur, está el debilitamiento del gobierno de Duque ya duramente cuestionado por la infiltración de dinero del narcotráfico y la compra de votos en su campaña presidencial. Se suma la muy cuestionada estrategia ante la pandemia, que ha hecho de Colombia el décimo país por contagios y muertos. La detención de Uribe debilita el apoyo parlamentario que lograba en el Congreso, donde queda congelada su curul. Debilita al Centro Democrático, partido de extrema derecha con apoyo de terratenientes y de las familias políticas regionales ligadas al narcotráfico, estructurado en torno al caudillo y su suerte. Debilita la alianza de la clase política corrupta tradicional con las expresiones armadas del paramilitarismo, de la cual Uribe es su articulador y legitimador. Debilita la agenda neoliberal, pues Uribe ha sido exitoso en tejer alianzas con los sectores financieros y empresariales, no obstante representar intereses ligados a los terratenientes despojadores de tierras y a los sectores emergentes con el narcotráfico. Debilitará más la ya desprestigiada y errática política internacional uribista, incondicional a los intereses de Estados Unidos, que ha llegado al extremo de conceder bases militares por encima de las pretensiones estadunidenses.

Esperamos que así sea.

Detenida maniobra trumpista

Se pospone para marzo la votación para elegir nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, ya que México ( La Jornada, Mundo, 8 de julio) se suma a Argentina, Chile y la Unión Europea en esa postura y con ello hay los votos (contribuciones financieras por países) necesarios para impedir que la elección sea próximamente. Es así desarmada por el momento la pretensión de Trump de poner un estadunidense en ese cargo, hasta ahora ocupado por latinoamericanos. Su candidato es nada menos que Mauricio Claver-Carone, actual encargado de seguridad nacional para América Latina y activo instrumentador de las políticas de bloqueo a Venezuela y Cuba. Falta que Trump ya no esté en marzo en la Casa Blanca. Cruzo los dedos.

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