Martes 11 de agosto de 2020, p. 4
La literatura erótica femenina, las actividades cotidianas domésticas en la poesía popular y la publicación de material escrito por mujeres en revistas independientes fueron temas de reflexión en el foro La mujer en la poesía, en el que participaron las creadoras Leticia Romero Chumacero, Liliana Rodríguez y Rosina Conde, con la moderación de Rowena Bali.
El encuentro, que se transmitió en la página de Facebook Cultura de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), se realizó como parte del Festival Internacional del Norte: Poesía en Tránsito, organizado por la institución.
La escritora Leticia Romero Chumacero se refirió a la avidez y la actividad de la mujer en la poesía erótica. Tras mencionar la definición de erotismo según Julio Cortázar, George Bataille, Claude Lévi-Strauss y Octavio Paz, explicó que el cuerpo es un discurso ideológico, un territorio cargado de significados. Una caricia en la espalda, es sólo una caricia, pero otra, procurada en el sexo, tiene un nombre injustamente demonizado
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Romero también se refirió a las formas en que las poetas mexicanas del pasado construyeron una poética del erotismo cuando éste se les escatimaba, cuando se encontraban bajo la escrutadora mirada de una sociedad que consideraba impropia a la mujer que se atrevía a vivir y expresar su sexualidad
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Asimismo, reflexionó sobre cómo las diferencias sexuales, cargadas de significados culturales, afectan la escritura creativa de las mujeres, cuyo cuerpo siempre se liga a la reproducción y no al placer
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La poeta Liliana Rodríguez recorrió distintas épocas en las que, a través de la poesía popular se ven reflejadas actividades domésticas, siempre asociadas sólo la mujer.
Desde la época prehispánica, pasando por la novohispana, la Independencia, el siglo XX y la era contemporánea, se mencionan actividades como hilar, tejer, limpiar, lavar, cocinar, cocer, maquillarse, curar, arrullar y hasta saberes de conjuros amorosos y empíricos de herbolaria, hasta llegar al títu-lo del poema Contradicciones ideológicas al lavar un plato, de Kira Galván, refirió Rodríguez.
Esas representaciones, dijo, arrojan luz sobre el entendimiento que tenemos de nosotras mismas, como personas, mujeres y creadoras. La poesía es un campo en el que no sólo se expresan, sino también se forjan los significados
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Ahora, con la pandemia, concluyó Rodríguez, en las redes sociales se han quejado varias creadoras de tener que hacer de todo en su casa, además de sus trabajos asalariados y su labor creativa. Todavía no he leído el testimonio equivalente de nuestros pares masculinos respecto de las labores domésticas y del hogar. Quizá porque para muchos de ellos esas labores no son materia de su poesía
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Rosina Conde, escritora, cantante, dramaturga, ensayista y editora, comentó, entre otras cuestiones, su labor como poeta y la publicación de material escrito por mujeres en revistas independientes.
Respecto de la poesía erótica, Conde explicó que en el pasado las mujeres no podían hablar de su cuerpo, su vagina, ni de senos, ni de penes, ni de nada en torno a esos temas.
Deploró que en la literatura erótica masculina las mujeres siempre hemos sido desmembradas. Se refieren a nosotras por partes, no como seres integrales
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De ahí, explicó Conde, que mi literatura se propone hablar de temas vetados para las mujeres, como nuestro cuerpo y necesidades eróticas
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