El final de una carrera tenía que ser diferente. Jackie Nava lo visualizó como un cierre épico digno de una larga trayectoria como pionera del boxeo femenil. Las últimas rivales feroces, las mejores ganancias y una promoción multitudinaria para retirarse satisfecha por todo lo que consiguió en 20 años como profesional.

La realidad, sin embargo, no es complaciente. La pandemia ha dejado al boxeo lastimado en sus finanzas, sin la posibilidad de hacer funciones con público y con un fuerte deterioro en las ofertas salariales que ofrecen a los peleadores. Pero los efectos han sido aún más encarnizados con el pugilismo femenil, siempre despreciado en sueldos y atención en esta industria.

Me preocupa el porvenir, dice Nava, campeona mundial en dos divisiones distintas y la peleadora mexicana que mayores ganancias ha obtenido.

Entendemos que son momentos difíciles, pero después de una larga trayectoria y con el retiro cercano, esperaba mejores pagos para terminar bien, como cualquiera en mi lugar habría imaginado.

La cancelación de todas las actividades masivas dejó sin trabajo varios meses al gremio. Apenas hubo condiciones de hacer funciones a puerta cerrada, Jackie fue convocada para ser de las primeras. Regresó al cuadrilátero en julio. La oferta de pago no fue lo que esperaba.

Al principio hasta me esperé a ver si me ofrecían más, revela; pero no se pudo, y terminé por aceptar menos de la mitad. Son momentos difíciles, pero cualquiera que pretenda irse aspira a mejores cosas. Y el panorama es preocupante, porque no se ve que vaya a cambiar pronto.

Nava estaba encaminada para una pelea contra otra pionera del boxeo de mujeres en México, Mariana Juárez, en mayo. Un combate que genera grandes expectativas y con amplias posibilidades comerciales. La función quedó en vilo y aún es incierto cuándo podría retomarse.

▲ La Princesa Azteca tuvo que reducir sus aspiraciones económicas para poder reaparecer en el cuadrilátero.Foto María Luisa Severiano

Esa función sin público no tiene mucho sentido, considera Jackie; la gente quiere verla, no creo que por televisión consiga los mismos resultados. Merecemos ganar bien de acuerdo con una pelea así y en estas condiciones nos bajarían mucho el sueldo. Incluso ahora que peleé en julio, a pesar de la publicidad, muchos no se enteraron. Hasta me preguntaban si ya me había retirado.

Una heroína como Nava necesita del público para crecer. La electricidad que fluye entre las butacas tiene efectos tangibles en lo que sucede sobre la lona. Por mucha concentración, la energía que desborda la gente en las arenas alimenta las emociones de las peleadoras. En el regreso en foros casi vacíos, la Princesa Azteca se sintió un poco desolada.

En verdad que es muy raro pelear así, explica; “tenemos que mentalizarnos. No es lo mismo sin gente. Parece una sesión de espárring que se ve muy bonita por televisión. Pero no hay adónde voltear, no tienes referentes que te digan cómo va todo. Incluso se fue muy rápido, de pronto vi una pantalla que decía que ya íbamos en el round nueve, pero yo pensé que era el siete, porque no vi a la muchacha que anuncia cada episodio”.

El boxeo enfrenta un periodo de desempleo, reconoce. Los que gozan de mayor fama tienen privilegios. Ella misma los tiene y aun así advierte dificultades para llegar a acuerdos con sus promotores y patrocinadores.

Sí desmoraliza, admite; entiendo la situación, pero necesitamos trabajar y ganar mejor. Ya pagué mucho piso. Empezar en el boxeo fue todo un reto y me gustaría cerrar de otra forma. Pensé que este sería mi último año como profesional, pero creo que me veré obligada a postergar un poco más ese momento.