Lunes 17 de agosto de 2020, p. 7
La literatura es un punto de encuentro, un territorio común para todas las edades, sostuvo la escritora Raquel Castro al reparar en la obsesión que persiste hoy día por buscar las diferencias entre las distintas generaciones.
Durante la mesa redonda Literatura juvenil, efectuada la noche del sábado como parte del primer Festival Virtual de la Brigada para Leer en Libertad: De las Calles a las Redes, la autora consideró que la juventud actual lee más que la de la anterior generación, pero existe el problema de que los mayores censuran sus gustos.
Debemos preguntarnos por qué queremos que lean lo que queremos. Hay una cuestión de poder o jerarquías que las generaciones más jóvenes no les interesa seguir. Es probable que veamos enojados a los chicos, pero si damos una vuelta por lo que pasa en el mundo, tienen derecho a estarlo, aunque nos saque de onda que levanten la voz
, dijo.
En lugar de estar tan obsesionados en buscar diferencias entre generaciones, tendríamos que buscar puntos de encuentro, y uno de ellos puede ser la literatura. Debemos buscar esos puentes y respetar lo que les gusta.
En su opinión, la literatura juvenil es el elemento ideal para establecer ese contacto generacional, ya que es un apartado del que pueden disfrutar tanto adolescentes como lectores de mayor edad y generar un diálogo franco entre ellos, en lugar de que sea el de adulto dictando desde un púlpito las maneras de comportarse.
Una categoría fluida
La sesión virtual contó además con la participación del escritor Arturo Vallejo, autor también enfocado al ámbito juvenil, quien consideró que la literatura dedicada a ese sector no tiene límites ni cortapisas.
La literatura juvenil es capaz de tocar cualquier tema. Con esto quiero decir que no debería haber rubros prohibidos, por no tocar las sensibilidades de los jóvenes lectores
, afirmó, y recordó el ridículo y escandaloso caso
de censura desde el poder político contra la novela Aura, de Carlos Fuentes, en el sexenio del panista Vicente Fox.
La literatura juvenil puede abordar temas incluso desesperados y desgarradores
, recalcó, para luego precisar que la división de la literatura por categorías responde más a cuestiones prácticas de clasificación que a otros fines.
Es una categoría muy fluida y poco precisa. Podría seguir siendo funcional, pero creer que la juvenil sirve para algo que el resto de la literatura no, me parece muy complicado
, detalló.
Si se le definiera como la literatura que es capaz de conectar con los jóvenes y decirles algo acerca de su vida, de sus inquietudes y su futuro, es algo que no cabe, pues eso puede suceder con la literatura adulta.
Con la moderación de la comunicadora Lorena Elizabeth Hernández, Raquel Castro señaló que existe el error generalizado en las clasificaciones literarias de poner énfasis en las palabras infantil y juvenil en lugar de hacerlo en la palabra literatura, que sería lo más importante.
Sea infantil o juvenil, lo que debería importarnos es que cumple con las características de la literatura en general, que, básicamente, es usar el lenguaje para tratar de conmover al lector, no para enseñar moralejas.