Kamala Harris
a primera incógnita de las elecciones presidenciales del próximo noviembre en Estados Unidos ya fue despejada. Por fin, Joe Biden, el virtual candidato del Partido Demócrata a la presidencia, escogió a la senadora Kamala Harris como compañera de fórmula. Es la tercera mujer, y la primera negra, que alcanza dicha nominación, lo que potencialmente la convierte en corresponsable en el gobierno del país más poderoso del orbe, lo que no es poca cosa.
Fue procuradora de la ciudad de San Francisco, y posteriormente del estado de California, la segunda entidad de justicia más importante de la nación. En esa responsabilidad tuvo aciertos, pero también decisiones que le costaron la crítica, tanto de los sectores más progresistas como de los más conservadores. Los primeros la acusan de haber sido muy generosa
con los cuerpos policiacos, a los que evitó sancionar, como muchos demandaban. Los segundos, por la protección a los indocumentados en franco reto a los designios de Trump y por su negativa a la aplicación de la pena de muerte.
En su fugaz paso por el Senado, ha ganado reputación por su intransigente oposición a las desaforadas decisiones del presidente y la arbitraria forma de conducir el país. Uno de sus momentos estelares fue el aplomo y consistencia con los que se opuso a la nominación que Donald Trump hizo de Brett Kavanaugh a la Suprema Corte de la Nación. En su comparecencia en el Senado, Harris denunció enfáticamente las reiteradas ocasiones en que Kavanaugh agredió a varias colegas, lo que dejó una estela de duda sobre la ética, la moral y su estabilidad emocional. Al final fue confirmado con el voto de los republicanos que demostraron su desprecio a los derechos de las mujeres. En ese trance, Kamala dejó constancia de la dureza con la que es capaz de conducirse cuando estima necesario poner al descubierto cualquier violación a las normas y a los derechos humanos.
La nominación de Harris a la vicepresidencia es simbólica y demuestra la sensibilidad de Biden a la lucha por los derechos de negros y latinos en momentos en que el movimiento Black Lives Matter ha cimbrado la conciencia del país. Trump, varios legisladores republicanos y los medios más conservadores no han escatimado ataques en contra de Harris, algunos de la más baja ralea. Saben que será una debatiente implacable y coadyuvará con Biden en la ardua tarea que les espera.