En el contexto de las acciones gubernamentales para promover una alimentación saludable y desincentivar la ingesta de productos sin valor alimenticio y con exceso de calorías, los pescados y mariscos mexicanos tienen mucho que aportar, aseguró Raúl Elenes Angulo, titular de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).

En entrevista con La Jornada, el funcionario destacó que un gran plan de mejora de la salud alimentaria, además de la participación transversal de varias instancias de gobierno”, entre ellas de las secretarías de Salud, Agricultura y Educación, debe ir más allá de una campaña de promoción.

“El tema del consumo de productos alimenticios sanos en contrapartida al consumo de productos chatarra, lo que ha agravado las consecuencias de la crisis por la pandemia por la mala cultura alimenticia de los mexicanos, no es un tema que sólo se resuelve con una campaña de promoción.

Aunque la coyuntura se enfoca mucho en el aspecto de la salud, advirtió que centrarse en ese punto solamente, puede no dar el resultado esperado. “Eso ya se ha hecho en el pasado, y no ha funcionado. La gente no come por salud, come por gusto, por placer, por necesidad de alimentarse y por lo que tiene a su alcance en relación a sus ingresos económicos.

Más que tener una campaña presionando a la población de si no comes esto te vas a morir más fácilmente por equis complicaciones, debe hacerse en función de lo que la gente busca en un alimento, es decir el sabor, costo, disponibilidad, versatilidad para su preparación, y los productos pesqueros tienen ese ingrediente.

No obstante reconoció que están muy encasillados para consumirse en ciertas ocasiones y lugares, por ejemplo cuando vas a la playa, o en hoteles y restaurantes de cierto nivel. Por eso hay que trabajar para llevarlo a la mesa de todos los días, y no sólo la lata de atún, sino otros productos que se produzcan de manera más comercial.

Aparte, Renata Terrazas, vicepresidenta de Oceana México, dijo que justamente llevar los productos del mar que obtienen los pequeños pescadores a los centros de consumo es difícil por varias razones. El mayor reto es llevar el producto a las diferentes zonas del país. Los pescados y mariscos requieren de congelación, y es algo que no se ha resuelto. Hay comunidades de pescadores que no tienen acceso a la cadena de frío, no pueden ni siquiera congelar su propio producto; no tienen acceso ni a hielo, así que la probabilidad de que vendan sus productos más allá de las comunidades cercanas es prácticamente imposible