La compañía teatral El Ghetto desarrolló este domingo la propuesta artística y ritual Placenta, de sanación de la Tierra en tiempos de distanciamiento social por la pandemia de Covid-19, a través de la expresión de las disciplinas de 20 mujeres, en un camellón de Periférico, en Iztapalapa.

Las participantes plantaron, como parte de la iniciativa Resiste, una veintena de árboles mientras se manifestaban desde el teatro, la danza, el canto y la poesía en una acción escénica simple, determinada por las medidas de protección contra el nuevo coronavirus.

Como 20 raíces que proponían un mensaje de crecimiento y esperanza, las artistas realizaron una creación escénica colorida y marcada por la brevedad en el espacio público: plantar 20 árboles liquidámbares, también llamado ocozoles, y la ofrenda de muestras de su disciplina.

Placenta se inició con cuatro mujeres que cargan en la espalda el peso de árboles que les triplican la estatura mientras flanquean al resto de las participantes asidas a un cordel rojo de un centenar de metros de longitud. La poderosa versión femenina de un Atlas cargando el mundo.

Cuando llegan a la oquedad de la tierra destinada para su árbol, lo colocan dentro como inicio de la simultánea siembra de las demás participantes y su variada propuesta artística. Ataviadas de coloridos vestuarios, que iban del naranja al azul, del rojo al morado, al verde. Algunos elegantes, mientras sus portadoras caminaban descalzas en el pasto.

El fundador y director de El Ghetto, Agustín Meza, explicó a La Jornada que más que una puesta en escena, con personajes e historia, es una propuesta muy simple pero poderosa. Una energía muy potente, como un ritual para sanar la Tierra.

La escenificación, agregó el dramaturgo sobre la tercera pieza de Resiste, se basa en el poder del arte de las compañeras. Esta acción puede tener resultados poderosos y positivos ante el contexto actual. La pieza se puede ver en las redes sociales de El Ghetto.

El teatro es esencial

Meza se refirió a que la idea, el concepto y el título son muy importantes y viene del conjunto de mujeres. La placenta es la bolsa protectora, el alimento y un elemento fundamental en la vida del mamífero, y creo que es poderoso el nombre.

Destacó que las participantes invitadas son “en su mayoría actrices, posteriormente bailarinas, hay quienes cantan y tocan instrumentos. Está la participación de la actriz transexual Dana Karvelas. Cada una tiene una trinchera, una motivación y una necesidad.

Dana representa a una comunidad muy importante en este momento: las mujeres transexuales. Así, cada una propone danzas, ritos, cantos, un poco de poesía. La idea es hacerlo en un tiempo breve para no arriesgar la salud de los participantes y del público que llegue a ese lugar tan lejano y extraño.

El director reitera que la intención es ofrecer un espacio, una experiencia en escala presencial viable, respetando la sana distancia y todas estas medidas; motivar a las personas y darles un mensaje positivo, así como demostrar que el teatro y las artes escénicas son también una actividad esencial en México y en el mundo.

Sara Juárez Guerrero recordó: “me puse muy contenta con la invitación de Agustín, porque en estos momentos, en que la muerte está tan presente, también es necesario sembrar la vida. Justo el nombre de la acción, Placenta, rinde culto a ella, porque es un órgano que nos acompaña casi como un alma gemela cuando somos bebés y que se ofrenda cuando nace el bebé. Me parece que podía tener una gran conexión con lo que está pasando”.

Destacó: “somos mujeres de distintas edades y profesiones, pero tenemos en común ser nosotros con nuestra matriz, ser tierra para esa vida. También me desarrollo como doula; entonces, mi relación con la partería y la medicina ancestral me hacen intentar crear caminos como el que creó Agustín, donde podemos hacer ritos de paso y acciones simbólicas muy fuertes en estos momentos en que las personas estamos lejos.

Solidarizarse con quienes quizá no han tenido trabajo o con quienes no tienen despensa. En este caso, regalar un poco de aire. Al final, la relación con los árboles es simbiótica, en la que ellos nos dan alimento y nosotros les damos nuestra respiración. Entonces, es volver al origen y recordar de dónde venimos.

En tanto, Alejandra Medina dijo que se trata de hacer presentaciones que den al público y a la sociedad algo diferente, pues el tema de la naturaleza está muy arraigado con lo femenino; es como una representación de parir, pero estás sembrando vida.

La actriz Ana María Aparicio sostuvo que se trata de “una conexión cósmica, con la Tierra, el entorno, la naturaleza y su feminidad. No hay mucho qué explicar, porque la poesía está puesta en la acción, sencilla, pero cargada de discurso, magia, poesía y fuerza femenina.

A partir de una estética que nos propuso Agustín, que tiene que ver con los espectáculos de Pina Bausch, del movimiento y la belleza, la idea es que resurja algo nuevo, que tenga frutos, que dé esperanza. Es una apuesta a la vida.

En tanto, Denisse Salazar refirió que su motivación, más allá del movimiento femenino que ha tenido muchas revueltas en estos meses recientes y ha impactado en este renacimiento de la sociedad, es un renacimiento interno, no solamente como mujeres. Lo interesante es que los hombres están participando. No solamente es un ejercicio de mujeres, sino de comunión.