Y París no fue una fiesta. La derrota 1-0 del PSG ante Bayern Múnich en la Liga de Campeones derivó en disturbios producto de la frustración. Varias decenas de personas lanzaron objetos contra la policía y sus vehículos en las inmediaciones del Parque de los Príncipes. Los desmanes derivaron en decenas de detenciones en la Ciudad Luz.

En las filas del PSG la tristeza era evidente. Marquinhos lamentaba el dolor que no mitiga un subcampeonato. Una final no hay que jugarla, hay que ganarla, dijo el mediocampista brasileño; nadie creía en nuestro recorrido. Hay que estar orgullosos de llegar a la final y sentir la decepción por no triunfar, porque siempre queremos más.

Se refirió a Neymar, Ángel Di María y Kylian Mbappé, el trío de ataque que no encontró el camino del gol. No hay que cargarles todo, somos un equipo, todo mundo intenta hacerlo lo mejor que puede, señaló; no es culpa de nuestros atacantes no haber marcado. Todos tenemos responsabilidad.

El mismo sentimiento lucía el entrenador alemán del PSG, Thomas Tuchel, quien admitió que quedó decepcionado. Dejamos el alma en el terreno de juego. Es lo que se espera de una final. No se puede controlar el resultado.

En la victoria, el autor del único gol, Kingsley Coman, atacante del Bayern Múnich y formado en el PSG, habló de sensaciones extraordinarias y del dolor de corazón por su ex equipo.

Tengo mucha felicidad, pero también un poco de tristeza por el PSG, que ha hecho un recorrido extraordinario. Mi corazón estaba totalmente con el Bayern porque soy un profesional, pero no voy a mentir, ver a Presnel (Kimpembe) así, ver al equipo así, da dolor de corazón, admitió Coman.

La rivalidad quedó manifiesta hasta en México. El delantero de Tigres André-Pierre Gignac, ex jugador del Olympique de Marsella, único club francés que ha levantado la Orejona, publicó en Twitter: Bonne nuit!, seguido de unas carcajadas.

Con información de Afp