Un panzer arrasó en Lisboa
o hacen periódicamente para darle vigencia a la frase original acuñada por Gary Lineker: El futbol es un juego que inventaron los ingleses y siempre ganan los alemanes
. Sin lucir, pero con eficacia, el Bayern Múnich fue más que la constelación de estrellas del París Saint-Germain. Pudo más el orgullo teutón que el apetitoso incentivo ofrecido de última hora por los dueños qataríes del cuadro parisino: medio millón de euros a cada uno si triunfaban.
El panzer arrasó, coronó una trayectoria impecable de victorias que lo llevó sin desvíos al cetro de la Champions. En Lisboa culminó el torneo interrumpido por la pandemia y que requirió un improvisado método de desenlace. El resultado tiene lógica, el club bávaro fue uno de los primeros en reactivarse al aminorar el ritmo de contagios en Alemania; mientras, a finales de marzo, Neymar estaba en lo suyo: subiendo fotos a redes sociales desde alguna playa brasileña.
En el tema de indisciplinas y gusto por la vida alegre Neymar no está solo. El espejo no miente y si ahí se asoma el futbolista mexicano, contemplará sin dobleces su realidad, su falta de profesionalismo, de compromiso y respeto hacia el deporte y hacia sus compañeros, así como el desdén para educarse académicamente. La mayoría se conforma con terminar el bachillerato. Ese cúmulo de falencias se refleja en su desempeño intrascendente.
“La verdad, estamos muy lejos del nivel del balompié europeo. Cuando llegué vi que los jugadores tenían mucha calidad, eran fuertes y practicaban un futbol muy rápido, ¡yo ni veía la pelota! Si hubiera sabido que iba a ser tan difícil me hubiese preparado mejor en gimnasio, táctica y técnicamente… Creo que el futbolista mexicano no se forma esa conciencia”, expresó hace algunos meses un reflexivo Héctor Herrera.
En efecto, nuestros jugadores están a años luz de ser competitivos en los grandes escenarios –ni de lejos se vislumbra otro Rafael Márquez–, y no por falta de talento, sino de determinación, mentalidad y, sobre todo, de empeño y sacrificio. Los sancionados rojiblancos Alexis Vega y Uriel Antuna, y muchos más lo saben, pero con los ojos cerrados se lanzan hacia la ruta placentera, esa que Enrique Ojitos Meza en tono paternal reprendía entre sus dirigidos: la de fiestas, autos y mujeres.
Pocos llegan a la meta de un primer equipo en la Liga Mx –saturada de foráneos– y cuando lo consiguen, sólo un puñado se inscribe en una licenciatura. Otros, como los hermanos Vela, cuestionan el errático manejo de los directivos tras medidas como la extinción del circuito de plata y la suspensión del ascenso-descenso; tienen razón, pero también les falta autocrítica.
La tómbola gira y en un abrir y cerrar de ojos el panorama cambia; hoy en la lista de quienes están a la deriva figuran algunos que vieron mejores días, como Jair Pereira, Javier Cortés, Luis Fuentes, Jonathan Espericueta, Osmar Mares… Las mujeres, más desairadas, con sueldos que son una burla, tienen nivel académico más elevado, saben que se mueven en suelo poco firme.
Es lo que hay en el circo de piso enjabonado, y si bien la directiva de Chivas pagó más de 10 millones de dólares por Antuna, para llevarse un fiasco, el América hizo otro tanto con Giovani dos Santos, que cuando lo ha requerido, nomás no aparece. La defensa amarilla es una coladera, recibió siete goles en dos partidos, y la situación se agravó con la baja por lesión de Bruno Valdez, mientras Paul Aguilar, consentido de Miguel Piojo Herrera, ya no rinde.
A pesar de tremendos traspiés, las Águilas se mantienen entre los punteros. Y Pumas, en otro partido donde sólo se rescata la recta final, empató ante Tigres para seguir invicto. Es el reflejo del nivel del torneo Guardianes, donde escasean las oportunidades para jóvenes nacionales; sin embargo, Antonio Turco Mohamed aprovechó para debutar a su hijo ante el América, con tan mala suerte que antes de cumplir un minuto en la cancha Shayr recibió cartón rojo.
La Máquina está logrando distanciarse de los conflictos que envuelven a la empresa cementera, pero el tiempo de decisiones se acerca. La Federación Mexicana de Futbol tiene registrado como presidente a Guillermo Billy Álvarez, prófugo de la justicia, y la nueva dirigencia alista el relevo.
