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Pandemia
Por crisis sanitaria, el trabajo de los migrantes en EU se puso más duro

De 12 millones de personas que trabajan en el sector salud, 17% son extranjeros

 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de septiembre de 2020, p. 14

En plena pandemia de Covid-19, Estados Unidos ha sustentado parte de su supervivencia en el trabajo de millones de migrantes, muchos indocumentados, que en medio de la crisis han seguido laborando en los sectores esenciales a fin de no frenar áreas como la salud y la alimentaria.

Según datos del Departamento del Trabajo (DOL, por sus siglas en inglés), hay 2.5 millones de trabajadores agrícolas en los campos estadunidenses, 83 por ciento de ellos se identifican como latinos y se estima que al menos un millón son indocumentados, aunque el propio DOL admite que el número podría ser mayor debido a que ante el temor a una posible deportación, las personas ocultan su estatus migratorio. En el sector salud, de los 12 millones de personas que trabajan como médicos, enfermeros, dentistas y otros, más de 2 millones (17 por ciento) son migrantes.

Desde hace varios años, José (que pide ser llamado así porque no cuenta con documentos migratorios) trabaja en granjas agrícolas de California. Por lo regular, dice, el trabajo es pesado, pero en medio de la pandemia se puso más duro.

Originario de Michoacán, la crisis sanitaria ha complicado su situación en este país: dejó el departamento que compartía con otros mexicanos, pues uno dio positivo al Covid-19; sus cargas de trabajo han incrementado; y en abril presentó algunos síntomas, pero aun cuando es un trabajador esencial, paradójicamente carece de servicios de salud por su condición migratoria, por lo que no recibió atención.

Falté varios días al trabajo, sí me pagaron. La libré con tés, miel y limón. No sé si lo tuve o no, pero cuatro días la pasé bastante mal, hubo un momento que pensé que no la libraba. Gracias a Dios, aquí sigo. No puedo parar porque soy yo el que manda el apoyo a la familia (en México), afirma.

El 28 de marzo pasado, apenas en los primeros días de pandemia, el Departamento de Seguridad Interior de ese país dio a conocer un listado de actividades consideradas críticas para la salud pública y para la seguridad económica y nacional, entre ellas servicios médicos, producción agrícola, transporte y distribución de bienes esenciales, actividades de mantenimiento y limpieza, y generación de agua y electricidad.

En muchas de estas actividades están empleados trabajadores migrantes, a quienes en diversos sectores de Estados Unidos se les ha llamado los héroes anónimos.

Para el trabajo uno no se raja. Y necesitamos el dinero para enviar a las familias. Estamos por todos lados: en el campo, en los servicios de limpieza, en hospitales, en empacadoras de comida, supermercados. En esta crisis, estamos mostrando nuestra valía, pero seguramente muchos seguirán en el limbo por las políticas de (Donald) Trump, apunta David Miranda Castrellón, de 55 años, originario de Torreón, Coahuila, y líder en el norte de Texas del Grupo Comunitario Fuerza Migrante.

Cifras recientes del Banco de México muestran que las remesas de los trabajadores mexicanos a sus familias crecieron en julio pasado por tercer mes consecutivo, alcanzaron 3 mil 532 millones de dólares, 7.2 por ciento más que en igual periodo de 2019.

Rudy Arredondo, líder de una organización de migrantes campesinos, llegó a Texas a los tres años, en la década de los 60. En pocas palabras, destaca la importancia de la mano de obra migrante: De no ser por nosotros, los alimentos no llegarían a las mesas de los ciudadanos estadunidenses, no habría atención total en los servicios de salud, el transporte, la generación de energía, trámites para el pago de impuestos. En parte por nosotros funciona este país.