La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tiene suspendida la evaluación de la manifestación de impacto ambiental (MIA) del Tren Maya, debido a que solicitó más información a Fonatur, promovente del proyecto. Ante ello, no se cumplirá el plazo inicial de 60 días para que la dependencia emita la resolución, el cual vence el 8 de septiembre.

De acuerdo con la regulación en la materia, la evaluación se realiza en un plazo máximo de 60 días hábiles, que puede ampliarse hasta 120 días, dependiendo de la complejidad del proyecto.

En el caso de la manifestación del proyecto ferroviario, la suspensión ocurrió el 25 de agosto, por lo que la dependencia está en espera de que Fonatur le haga llegar la información solicitada. El análisis es sobre la fase 1 del Tren Maya de Palenque, Chiapas, a Izamal, Yucatán, con una extensión de 631 kilómetros con 13 estaciones ferroviarias, 146 pasos vehiculares, 40 pasos de fauna, 24 viaductos y dos estaciones de carga en Candelaria y Campeche.

Desde que Fonatur presentó la manifestación para la evaluación en Semarnat, diversas organizaciones argumentaron la falta de información del documento, por ejemplo, el reporte Observaciones a la MIA del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica de la UNAM, realizadas por Violeta Núñez y Ana Esther Ceceña, entre otros autores, indica que falta la revisión de los pasos de fauna propuestos, uno de los mayores problemas ambientales que causará el proyecto tal y como está diseñado.

El documento considera desequilibrado que se contemplen 146 pasos para vehículos y sólo 40 para fauna. La fauna pequeña, a menos que viva al lado de uno de los pasos, no tendrá condiciones de cruzar del otro lado de la vía o correrá riesgo de atropellamiento.

Agrega que hay especial preocupación por la desestimación del impacto cultural del proyecto en la MIA. La densidad arqueológica a lo largo de todo el recorrido del tren indica un tremendo riesgo de pérdida cultural e histórica por el paso deese transporte y sus polos de desa-rrollo. Refiere que a pesar de los convenios INAH-Fonatur, no es previsible que ante cada hallazgo se rediseñe el trazo del tren.

Menciona que tampoco es razonable pensar en un rescate de piedras o vestigios para trasladarlos hacia fuera de la vía, porque el propio lugar tiene sentido histórico.

Refiere que la manifestación de impacto ambiental no reúne condiciones suficientes para establecer los modos, procedimientos y metodologías para garantizar que el proyecto del Tren Maya, con sus obras complementarias de desarrollo, logre generar los beneficios que se propone y evitar los daños graves e irreversibles que científicos, estudiosos, sabios comunitarios y un sentido común ampliamente compartido están señalando de manera insistente.