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En esta pandemia hay que buscar alternativas para el boxeo: promotor
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de septiembre de 2020, p. 5

En Inglaterra, un promotor hace funciones de boxeo en el jardín trasero de su casa; en Las Vegas, meca del espectáculo, en el foro acostumbrado, pero desierto; en Ciudad de México, en un foro de televisión. Ante las opciones, al joven promotor Manuel Garrido se le ocurrió explorar estas funciones sin público. Eligió un bosque en el estado de México donde montó una cartelera con peleadores que representa.

Todo fue pérdidas, dice sin asomo de drama, pues desde el inicio sabía que no representaba una apuesta para ganar; el cálculo ya estaba hecho. Sabía que iba a perder dinero, pero lo importante era explorar alternativas para encontrar nichos que nos permitan continuar quizás todo 2021 conviviendo con la pandemia.

La promotora que dirige pasaba por una etapa de éxito. No se trata de una empresa que realice espectáculos de boxeo de gran magnitud, tampoco del perfil más bajo. Lo suyo era una suerte de media tabla en la que trataba de exhibir calidad y excelente sueldo a los peleadores.

El negocio marchaba increíble con funciones frecuentes en un foro en Naucalpan, donde vendía hasta mil entradas un mes antes, relata; desde el inicio de este proyecto me propuse pagar muy bien a mis peleadores, hasta cinco veces más de lo que obligan las autoridades, y la entrada exitosa de la taquilla me permitía tener una nómina estable.

La pandemia arruinó esa buena marcha. Los acuerdos laborales con sus boxeadores lo comprometieron a no dejar de pagarles durante la contingencia. Cuenta que tiene un modelo de relación con los peleadores, con el que incluso puede pagarles un sueldo fijo.

Fue una dura prueba para mí, pero era mi compromiso, explica; por eso el escenario de espectáculos sin taquilla fue un golpe muy fuerte a nuestro modelo de negocio. Aquí es donde tuve que empezar a imaginar otras posibilidades y la función del sábado es un experimento para probar posibles salidas.

Parte del trato con los peleadores, relata, es asesorarlos para que sus vidas no dependan del boxeo. Con la certidumbre de que no todos logran el estrellato, les sugiere que tengan un plan B, en caso de que no puedan continuar en el cuadrilátero.

El sábado peleó un muchacho y ganó, cuenta emocionado; se fue rápido porque tenía que preparar un examen este domingo en la universidad. Algunos peleadores también son mis empleados en una empresa financiera que tengo. No quiero vivir con la culpa de haber dejado boxeadores pobres o locos.