Es habitual en el mundo que enfermeros y personal de laboratorio y limpieza de hospitales sean honrados en el discurso, pero no se habla de sus salarios o condiciones laborales, apuntó la historiadora Karina Ramacciotti en un ciclo de conferencias del IIH de la UNAM
Viernes 18 de septiembre de 2020, p. 3
Los estudios históricos demuestran que quienes quedan en el panteón de héroes que enfrentan las pandemias casi nunca son los que se dedican al cuidado de los pacientes. Enfermeros e incluso trabajadores de limpieza en los hospitales no sólo sufren la falta de empatía de las personas que los atacan, sino de las instituciones que los mantienen sin reconocimiento ni mejoras salariales.
Así lo explicó la historiadora argentina Karina Ramacciotti durante su participación este jueves en el ciclo de conferencias Epidemias, pandemias y Covid-19 desde la historia, que organiza el Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La especialista explicó que existe una tradición bastante habitual
en el mundo, de homenajear al personal de salud al otorgarles objetos simbólicos, como medallas y diplomas, pero poco se dice en torno a sus condiciones de trabajo y a las desigualdades genéricas y salariales, sobre todo de los cuidadores que requieren saberes específicos
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Enfermeros, personas que se ocupan de tomar las muestras, de limpiar las áreas de hospitalización, de ser el enlace entre la institución y los familiares de los pacientes, son trabajadores que, por parte de quien provee sus servicios, deben tener una intensa y constante formación, pues su labor no sólo es hacia y para el otro, sino hacia su propia sensibilidad, ya que deben gestionar sus emociones para poder brindar un servicio que supone lograr el bienestar ajeno
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Sin embargo, agregó la investigadora, la pandemia de Covid-19 “ha echado luz sobre las condiciones laborales de muchas de estas profesiones del cuidado sanitario: el pluriempleo, la feminización, los salarios sin actualizar con relación a las múltiples tareas realizadas, las jornadas de trabajo largas y extenuantes y la carencia de elementos de protección adecuados, entre otras cuestiones.
Estas demandas no son situaciones nuevas entre el personal de salud; tienen vinculaciones históricas que han sido planteadas en congresos profesionales, revistas, agrupaciones gremiales, movilizaciones y la prensa.
Por eso, consideró la coordinadora del libro Mujeres, saberes y profesiones (Editorial Biblos, 2019), es urgente que luego de esta crisis sanitaria “se dé un serio y sincero debate en torno a las condiciones laborales, derechos y reconocimiento del personal de salud encargado de cuidados sanitarios, pues, por ejemplo, el pluriempleo que padecen colaboró en esta pandemia en el incremento de casos de contagio, ya que debían concurrir a otras instituciones para tener un salario digno.
of Medicine (Programa de Colecciones Abiertas)
“Además, sus contratos de trabajo rozan con la ilegalidad, ya que se formalizan con acuerdos precarios que no garantizan derechos laborales adquiridos. Se ha denunciado también falta de personal capacitado en técnicas de cuidados críticos, así como la carencia de elementos de protección personal, agotamiento físico, mental y miedo.
“La retórica de la ‘vocación’, el ‘amor al prójimo’ o las ‘dotes naturalizadas otorgadas por el sexo’ (en el caso del personal femenino), ya no alcanza para reconocer los saberes profesionales que están asociados con estas labores y que constituyen el eslabón clave e indispensable del sistema de salud.”
Ramacciotti puntualizó que, teóricamente, el concepto de cuidado se ha vinculado con las acciones del ámbito doméstico y cómo el trabajo de las mujeres en dicho espacio ha permitido la reproducción del sistema capitalista a partir del trabajo no remunerado
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De manera paradójica, en el ámbito hospitalario, continuó, “a mayor cercanía y contacto con los cuerpos de los pacientes, y tiempo dedicado al cuidado de otras personas, el reconocimiento, prestigio y retribución de los cuidadores es menor.
“Son figuras anónimas que, en los casos más trágicos, sus nombres se dan a conocer cuando fallecen a causa del Covid-19. Pero hoy sus homenajes simbólicos están desvanecidos. Los aplausos que se realizaban en marzo a las 21 horas en Argentina, a imitación de lo que sucedía en las capitales europeas, se extinguieron.
Espero que dentro de unos años, cuando termine esta pandemia, podamos reflexionar y recordar esta fecha como un parteaguas que modificó el papel de Estado y las condiciones sanitarias y laborales de los agentes del cuidado, y recordemos como hechos lejanos los reclamos desesperados del personal de salud
, concluyó la historiadora.
La última conferencia del ciclo se realizará el 24 de septiembre a las 11 horas por el canal de YouTube del IIH con Ana María Carrillo, de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien hablará de las causas biológicas, humanas y ambientales de las pandemias.