Miércoles 23 de septiembre de 2020, p. 23
Los programas de apoyo para el aplazamiento de pagos a deudores de la banca que se han aplicado en varios países sirven a corto plazo, pero los bancos de América Latina sólo tienen capacidad de sobreponerse a que 15 por ciento del monto de esas moratorias se conviertan en pérdidas, advirtió Moody’s. En el caso de México, los focos rojos se inician con el impago de 20 por ciento de los créditos no recuperados.
Diferir los pagos de créditos y la asistencia que dan los gobiernos en América Latina, incluidos los subsidios a los salarios y las transferencias sociales, han ayudado a estabilizar la morosidad bancaria y prevenir castigos masivos de préstamos en medio de la crisis por la pandemia; sin embargo, la extensión del confinamiento afectará las condiciones de crédito hasta 2022, agregó.
En México, la alta proporción de préstamos corporativos –que agrupan 58 por ciento del financiamiento a junio pasado– podría exponer a los bancos a un rápido deterioro, ante un mayor riesgo de concentración, detalló la firma. Se espera que la cartera vencida, tanto en el país como en América Latina, alcance su mayor nivel al final de año o en el primer trimestre de 2021.
Moratorias afectan condiciones de bancos
En el análisis general para América Latina, Ceres Lisboa, vicepresidente senior de Moody’s, explicó que la mayoría de bancos de la región han accedido a aplazar el pago de créditos, lo cual permite que los niveles de cartera vencida sean inicialmente estables
; las tasas de infección por coronavirus que siguen siendo altas
y su efecto en la economía han generado tasas de desempleo elevadas y bajos ingresos corporativos, los cuales afectarán las condiciones crediticias de los bancos
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A medida de que las moras y los periodos de gracia alcanzan su vencimiento hacia finales de 2020, es probable que aumente el deterioro de la calidad crediticia, agregó la firma en un reporte. “En México se renegociaron, en promedio, menos de 19 por ciento de todos los préstamos, sobre todo a consumidores y pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, los periodos de gracia fueron de los más cortos en la región, no más de cuatro meses en la mayoría de los casos y seis meses para las hipotecas. Aun al calificarlos de modestos
, Moody’s reconoció que ayudaron a posponer las pérdidas a corto plazo en toda la región
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Sin embargo está la presión del crecimiento. La firma de riesgo subrayó que México entró a la pandemia ya en recesión, con inversiones en declive persistente y gasto público deprimido
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