Londres, Es muy probable que el fundador de Wikileaks, Julian Assange, intente suicidarse si lo envían a Estados Unidos, donde enfrenta cargos de espionaje, aseveró ayer un experto en siquiatría durante una audiencia del juicio de extradición que se desarrolla en Londres.

Michael Kopelman, profesor emérito de neurosiquiatría en el King’s College de Londres, dijo que Assange tiene un historial de depresión y existe un riesgo muy alto de que se quite la vida.

Agregó que el australiano enfrenta gran cantidad de factores de riesgo, incluidos antecedentes familiares de depresión y suicidio y el aislamiento que ha experimentado, primero en la embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió en 2012, y luego en la prisión británica de Belmarsh, donde está encerrado desde abril de 2019

El diagnóstico del especialista incluye el problema de depresión recurrente con alucinaciones sicóticas, que ha variado de moderada a muy severa en los últimos años. Las fases agudas coincidieron con periodos de reclusión solitaria hasta por 23 horas en la celda, por los que pasó cuando fue trasladado al área de la enfermería del penal o a raíz de la pandemia del Covid-19. Un régimen penitenciario similar o más riguroso le aguardaría en Estados Unidos, de acuerdo con su defensa.

El neurosiquiatra indicó que Assange ha comenzado a escribir cartas de despedida y a arreglar asuntos privados al tiempo que pasa noches en vela, días sin apetito y sufre ataques de ansiedad.

Además, hace poco contó al siquiatra que oía voces que le decían: eres polvo, estás muerto, venimos a buscarte.

Las condiciones de detención del fundador de Wikileaks han sido denunciadas por el relator de Naciones Unidas sobre la tortura.

El experto indicó que Assange también ha sido diagnosticado con síndrome de Asperger, trastorno del espectro autista que tiende a conllevar tendencias suicidas.

Los fiscales estadunidenses han presentado 17 cargos de espionaje y otro de uso indebido de computadoras contra Assange por la difusión en 2010 más de 700 mil documentos clasificados sobre actividades militares y diplomáticas estadunidenses, sobre todo en Irak y Afganistán. Los cargos conllevan una sentencia máxima de 175 años de prisión.

El proceso para definir su extradición en Londres comenzó el 7 de septiembre y debe durar hasta principios de octubre.