La Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (Cniaa) criticó las iniciativas que pretenden castigar injustamente el consumo de productos con azúcar, ya sea mediante mayores impuestos, etiquetado más agresivo, prohibiciones de venta, e incluso insinuando sin justificación una relación entre el consumo de azúcar de caña y los efectos del Covid-19.

Según datos de la Cniaa, mientras el consumo de azúcar de caña ha caído 36 por ciento desde 2000 a la fecha, al pasar de 49.30 kilogramos por persona al año a 31.31 kilogramos, la obesidad y la diabetes han ido al alza en el país.

De acuerdo con gráficas de dicha cámara con base en cifras de la Ensanut, Inegi y Secretaría de Economía, en ese mismo lapso la diabetes habría aumentado 207 por ciento y la obesidad 76 por ciento.

En el caso de los edulcorantes diferentes al azúcar de caña, según cifras del Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar, ha habido un alza notable desde 1993-4 a 2018-19, así el consumo de edulcorantes sintéticos creció 760 por ciento y la ingesta de jarabe de maíz de alta fructosa mil 500 por ciento.

A poco menos de dos semanas que entre en vigor el etiquetado frontal de advertencia, medida a la que sólo se le aplazó hasta diciembre la posibilidad de pagar multas por incumplimiento, dicha cámara advirtió la gravedad del problema que se cierne sobre la agroindustria de la caña de azúcar mexicana e insistió en que se trata de infundios sin sustento e iniciativas que satanizan a este endulzante de ser el responsable de la obesidad y otros problemas a la salud que aquejan a los mexicanos.

Juan Cortina Gallardo, presidente de la Cniaa, recordó que el azúcar de caña es un producto que se ha consumido en México por 500 años y nunca se acusó que causara problemas de salud, sino que, por el contrario, la ley considera al azúcar de caña un bien de consumo básico para la población.