El modelo económico neoliberal, impuesto también en la educación, ha degradado las prácticas pedagógicas y reducido el papel trascendente de los maestros a meros técnicos del conocimiento, en medio de un sistema económico que no fomenta el respeto al ambiente ni a la riqueza cultural de los pueblos.

En el tercer y último día del primer Congreso Mundial en Defensa de la Educación Pública y en contra del Neoliberalismo, donde participaron de manera virtual medio centenar de profesores, académicos e investigadores en educación y pedagogía, de una veintena de países, se planteó la urgencia de una educación pública que sea capaz de generar un cambio cultural que revolucione la forma de leer el mundo e introduzca miradas críticas que desafíen al capitalismo dominante.

Señalaron que la pandemia de Covid-19 evidenció las grandes desi­gualdades que atraviesan nuestras sociedades en todos los campos, producto de las políticas neoliberales que han ido marcando a los países.

Sin embargo, no se ha hecho tan evidente que no se trata de una crisis momentánea ni sanitaria, sino de civilización, del modelo capitalista, extractivista, racista y discriminatorio, que construye con lógica de dominación que atraviesa todos los campos, incluido centralmente el quehacer educativo.

Jurjo Torres Santomé, pedagogo, ensayista y activista español en defensa de la escuela pública, expuso que las prácticas pedagógicas se centran cada vez más en cuestiones tecnológicas y de competencias para ser productivo en el sistema, dejando de lado los contenidos culturales y los conceptos de libertad y solidaridad, necesarios para la existencia del ser humano.

Incluso, dijo que en medio de la pandemia se ha acrecentado el discurso de que los maestros no están preparados para la innovación tecnológica, cuando hay un escenario de carencias múltiples, generado también por el modelo económico.

Ángela Zambrano y Édgar Isch, ambos especialistas de la Universidad Central de Ecuador, advirtieron que la educación, paulatinamente, ha dejado de ser un derecho, convirtiéndose cada vez más en un artículo dentro del sistema mercantilista, donde se ha desvalorizado el papel del docente, que ahora con el Covid-19 ha sido sometido a despidos, afectaciones económicas y pérdida de protección social.

Isch agregó que en este modelo económico la educación se vuelve un campo de disputa, donde maestros y gobiernos nacionales deben plantearse qué clase de enseñanza se desea. Hasta ahora, el neoliberalismo, con manuales estandarizados, ha impulsado una escuela que ha fracasado desde el punto de vista humano, pero eficiente para reproducir al sistema, dijo.