unque por todos lados se escuchan quejas por el desplome global, resulta, como dice el clásico, que no es lo mismo que lo mesmo, porque si bien millones y millones de personas han visto caer su de por sí precario nivel de vida, y muchos más acumulan décadas sin poder salir del hoyo, en plena crisis –la más brutal del último siglo– unos cuantos han hecho suculentos negocios e incrementado sustancialmente sus abundantes fortunas.

Se trata, dice el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM, de las consecuencias, a nivel mundial, de un proceso que ya se venía gestando con los problemas de crecimiento y desarrollo social en el capitalismo durante por lo menos las últimas cuatro décadas, y que con el surgimiento mundial de la pandemia del Covid-19 se han acelerado y develado los procesos de precarización y empobrecimiento de los trabajadores.

Así, unos cuantos han salido airosos de la crisis, mientras miles de millones de personas no ven llegar el fin del día, en un ejercicio en el que es fácil determinar quiénes ganan y quiénes pierden. Los primeros incrementan sus fortunas y los segundos pagan las consecuencias, porque la naturaleza de la pandemia ha provocado el surgimiento de negocios y la concentración productiva de los insumos básicos para mitigar la propagación del virus y atender los cuidados sanitarios (medicamentos, vacunas, desinfectantes, mascarillas, guantes y todo el equipo necesario para el manejo de pacientes por Covid-19).

Pero ello se registra no sólo en el plano sanitario. En este sentido, el CAM retoma un listado de Bloomberg sobre las 25 familias más ricas del mundo, con fortunas conjuntas por cerca de un billón 400 mil millones de dólares, monto que apenas en la primera mitad de 2020 se incrementó 24 por ciento, destacando la frecuencia de consorcios de Estados Unidos, los cuales, a partir de 1929 (la otra gran crisis) concentran gran parte de la fortuna de los multimillonarios del mundo.

Por ejemplo, cita el CAM, está el caso de la trasnacional Walmart, cuyos propietarios, en este dramático año, han visto crecer su de por sí abultada fortuna en aproximadamente 4 millones de dólares a cada hora que transcurre, es decir, cerca de 100 millones de dólares por día, con ganas de que ese monto sea superado según avanza la pandemia. Y hay más empresas, aunque no muchas, pues el mercado está híper concentrado.

Si se analizan las 2 mil personas más ricas del planeta, detalla el CAM, queda claro que este grupo concentra más riqueza que la mitad de la humanidad; menos del uno por ciento de los más ricos del mundo poseen más que 60 por ciento de la población global, es decir, más de 4 mil 600 millones de personas.

En contrasentido, al hacer un análisis sobre la situación actual de la pobreza en el mundo con la pandemia por el Covid-19 y la crisis económica, vemos la profunda privación de bienestar de manera pronunciada y la falta de acceso a capacidades básicas para funcionar en la sociedad capitalista, aunadas a una caída histórica del ingreso y empleo digno para enfrentar necesidades como educación, salud, alimentación, vivienda y seguridad que podrían permitir una calidad de vida básica. La pobreza y el hambre están presentes con las crisis para las grandes mayorías de la población en el mundo; de acuerdo con datos de la ONU, aproximadamente 46 mil personas mueren diario por hambre, una auténtica guerra mundial contra los pobres.

De hecho, concluye el CAM, paradójicamente se están produciendo 60 por ciento más de los productos esenciales para alimentar a la población mundial; ese no es el problema, no, ya que hay muchos más de los necesarios, sino el mercado internacional, y el hambre es un caldo de cultivo en el que crecen las grandes enfermedades de la humanidad.

Las rebanadas del pastel

Sin novedades en el frente: la Asociación de Bancos de (en) México rechazó la posibilidad de sacrificar parte de sus utilidades para hacer quitas de capital a deudores, es decir, si saben contar, pues no cuenten con ellos. Solidarios, como siempre.

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