Para revertir el rezago de los servicios de salud mental en México, se requerirán tres años de capacitación del personal de salud y garantizar la atención médica integral desde el primer nivel, que es donde se debe vigilar la mayoría de los trastornos, afirmó José Mendoza, jefe del área médica de los Servicios de Atención Siquiátrica de la Secretaría de Salud.

Hasta ahora, dicha área no ha tenido el interés de los gobiernos, a pesar de que se ha reconocido como un asunto prioritario de la salud pública. La realidad es que de la inversión en todo el sector, el equivalente a 2 por ciento se destina a ese rubro, mientras la carga de enfermedad es ocho veces mayor, comentó la investigadora María Elena Medina Mora.

Ex directora del Instituto Nacional de Siquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, destacó que las enfermedades mentales provocan la pérdida de 16 por ciento de los años de vida saludable, y la depresión es la que ocupa el primer lugar.

Señaló que otro de los efectos de la pandemia de Covid-19 es el incremento de los trastornos del sistema nervioso central que, hasta ahora, no se han podido atender a cabalidad por el rezago prexistente en la disponibilidad de servicios médicos.

La dificultad aumentó por el confinamiento y la mayor necesidad se localiza en las personas que viven en condiciones de pobreza.

Mendoza explicó que el plan para los siguientes años es avanzar en el cambio del modelo, pues actualmente 80 por ciento de la oferta de atención siquiátrica se encuentra en hospitales generales.

Medina Mora planteó que como parte del cambio se tendrían que buscar las alternativas para terminar con el modelo asilar, a fin de que los pacientes se reincorporen a sus comunidades. Otro problema por resolver es la falta de especialistas. En cinco años (2011 a 2016) se sumaron sólo 570 siquiatras en el país.