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La verdad de Julian Assange
C

inco. En su texto La verdad siempre vencerá, Julian Assange compara “la tormenta desatada por Wikileaks” con el sonado caso de Los papeles del Pentágono (https://bit.ly/2SBLcJu). Ayudamemoria. Assange nació en 1971, año en que Daniel Ellsberg (investigador de la Corporación Rand, financiada por el Pentágono), filtró al New York Times y otros grandes periódicos miles de documentos secretos de la Secretaría de Defensa. Los Pentagon Papers advertían que probablemente (sic), la guerra de Vietnam no podía ser ganada, y que el presidente Lyndon Johnson había mentido sistemáticamente, no sólo al público sino también al Congreso. Alegando razones de seguridad nacional, la Casa Blanca trató de impedir la publicación de los documentos.

6. Tras breve disputa en los tribunales, el veredicto de la Corte en favor del Times fue calificado de pilar moderno de los derechos de la Primera Enmienda, con respecto a la libertad de prensa. Las buenas conciencias convirtieron a Ellsberg y al progresista Times en paladines de la libre expresión, y el tenebroso Henry Kissinger declaró que el investigador era the most dangerous man in America. Pero nadie recordó el sugerente aforismo de Mark Twain: En Estados Unidos existen leyes para proteger la libertad de expresión de la prensa, pero no hay ninguna verdaderamente útil para proteger a la gente de la prensa.

7. Medio siglo después, la cuarta revolución industrial acabó con la funcionalista relación emisor-receptor. Cualquier chico listo en programación puede hackear y romper con facilidad los candados de privacidad que, según los bancos y las enloquecedoras actualizaciones digitales, cuidan nuestra seguridad. V.gr.: el pequeño equipo de Wikileaks. Durante las invasiones militares de Irak y Afganistán, Wikileaks desnudó las mentiras y tortuosidad humanística del capitalismo occidental, mostrando el perfil criminal de la diplomacia estadunidense. Millares de informes secretos, videos, chismes de embajadas, frente a los que resultaba inútil decir que fueron sacados de contexto.

8. ¿Qué diferenciaba a Wikileaks de un Maquiavelo o un Ellsberg? Resulta tentador inferir que si el autor de El príncipe fue una suerte de pionero de la modernidad, el investigador de la Rand reveló su crisis terminal. En cambio, usando en su favor la tecnología del fuerte, Wikileaks probó que el débil podía humillar al fuerte. Detengámonos en el par de nociones que buscan dar cuenta de la realidad: develar y revelar. De buenas a primeras, parecen sinónimos. No lo son. Tal como su nombre indica, develar consiste en correr el velo de la realidad. Pero revelar aporta la evidencia que permite conocer la verdad, rayando la cancha entre ficción y realidad.

9. En el escrito de marras, Assange apuntó una expresión vulgarizada en la época que vivimos: Somos los de abajo. Algo que, en efecto, lo diferenciaba de Maquiavelo, hombre de Estado, o de un investigador culposo del sistema, como Ellsberg. En todo caso, cuando Washington y Londres pusieron precio a su cabeza, Assange entendió que estaba solo, y que el apoyo moral de millones de simpatizantes era insuficiente para salvar el pellejo.

10. Sin apoyo político real o de gobiernos que lo protegieran, Assange optó por pedir ayuda a los de arriba, asilándose en la embajada de Ecuador en Londres. Un arriba encabezado por el presidente Rafael Correa, líder político de la revolución ciudadana, o pinche progresista según las almas ideológicamente puras. Assange permaneció siete años en la embajada ecuatoriana (2012-19). Allí pudo estudiar y conocer la realidad política de América Latina, la ecuatoriana en particular. Pero en el interín, las cosas cambiaron. En EU, un mafioso se alzó con la presidencia y la de Ecuador fue ocupada por un títere de Washington.

11. A inicios de 2019, un enviado de Donald Trump se entrevistó en Quito con el presidente Lenín Moreno, y el 19 de abril Assange fue entregado a Scotland Yard. El líder de Wi­kileaks fue encarcelado en Belmarsh, prisión del sur de Londres que los bien informados califican peor que la de Guantánamo. Bastante lejos del trato que la justicia británica dispensó al genocida Augusto Pinochet. Ayudamemoria. En octubre de 1998, Pinochet fue detenido en Londres por delitos de lesa humanidad. Su caso fue ventilado en la honorable House of Lords. Pero quien diga que el crimen no paga, faltaría a la verdad. Pues a cambio de los favores recibidos en la guerra de Malvinas (1982), el genocida fue liberado en marzo de 2000.

12. En pésimo estado de salud física y emocional, Assange agoniza en Belmarsh. Si Trump es relegido y consigue la extradición, nuestro héroe podría ser sentenciado a 175 años de prisión. Si Joe Biden gana las elecciones, ídem: Assange es un terrorista de alta tecnología, dijo el candidato demócrata. En tales circunstancias, la única esperanza es que el clamor universal se imponga: ¡Libertad para Julian Assange!