A casi una semana de que comenzó la ocupación de las instalaciones del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), integrantes del Congreso Nacional Indígena (CNI), de organizaciones sociales y del grupo de otomíes que tomaron las instalaciones exigieron a Adelfo Regino Montes, titular del INPI, dar la cara y desde tu oficina te invitamos al diálogo.

En entrevista con La Jornada, Regino Montes precisó que a través de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México se invitó a los ocupantes del instituto a un diálogo presencial. Estoy en la mejor disposición de platicar en persona con ellos y entablar un diálogo respetuoso, constructivo y que atienda los planteamientos. Hasta ahora no han respondido. Nashieli Ramírez [titular de la referida comisión] me dijo que ya hicieron el planteamiento y esperan la respuesta para el diálogo personal.

La exigencia principal de la comunidad otomí residente en la Ciudad de México que tomó las oficinas del Instituto es vivienda digna. Filiberto Margarito Juan, concejal del CNI-CIG (Consejo Indígena de Gobierno) y representante de la comunidad, señaló a este medio que, aunque han venido a vernos autoridades, no hay una invitación formal al diálogo.

Asimismo, criticó el lujo existente en la oficina del titular del INPI. Hay muchas botellas de alcohol, de 10 a 15, artesanías que parecen caras, hay baño privado con regadera, una silla de masajes eléctrica, muebles y cuadros que parecen lujosos y aclaró que hemos sido respetuosos con las instalaciones, no hemos dañado nada.

El INPI precisó que conforme a la austeridad republicana, no se hizo ninguna remodelación. Todos los muebles, equipos de cómputo son parte de lo que había en la administración pasada, no le metimos el baño. No se modificaron las instalaciones ni siquiera se le aplicó pintura.

Sobre las vasijas y piezas, no son lujosas, sino parte del acervo del instituto, son piezas decorativas y conminó a los ocupantes a que las cuiden, porque han sido donadas por artistas, rescatadas y restauradas, y están bajo la protección del INPI.

En la sala de juntas del instituto, institución a la que los asistentes llamaron el Ministerio de las Colonias Internas y rebautizaron como Casa de los Pueblos, el CNI y los ocupantes realizaron el encuentro Nuestra lucecita de resistencia y rebeldía, sigue encendida. Estela Hernández, representante otomí del Concejo Autónomo de Santiago Mezquititlán, Querétaro, señaló: “Vamos entrando a este edificio y vemos que nos tienen en las paredes. Nos tienen como objetos de presunción. Es la misma dinámica de explotación a la que nos han sometido: te tengo decorada y ya existes. Existir no es estar en los aparadores. Existir no es que hablen bonito de nosotros o de nosotras. La realidad dista mucho del discurso.

“Esta toma –dijo– significa que aún existimos, que aún seguimos vivos y que nos resistimos a morir. No nos queda ya mucho: o resis­timos o morimos, como cultura, como identidad, como esa dignidad que nos caracteriza.

“Nuestras exigencias –añadió– son claras: respeto a nuestra forma de organización, al autogobierno, a la autodeterminación. Y, el respeto a las dinámicas de nuestra cultura propia. Exigimos el cese al hostigamiento a nuestros defensores comunitarios, a nuestras autoridades tradicionales; a la discriminación sufrida por años.”

Una enorme manta decía La comunidad otomí no somos pieza decorativa. Los asistentes denunciaron las agresiones a las comunidades zapatistas en Chiapas, y recordaron a Samir Flores, el ambientalista nahua asesinado por oponerse al Proyecto Integral Morelos (PIM).

Osbelia Quiroz, Filiberto Margarito y Betina Cruz, entre otros criticaron los megaproyectos federales, entre ellos el Tren Maya, el Corredor Transístmico y el Proyecto Integral Morelos. Dijeron que esas obras no traen desarrollo a los pueblos originarios, sólo les arrebatan sus territorios. La vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) María de Jesús Patricio, advirtió: Nuestra arma es la voz y no nos vamos a callar. Si no nos escuchan, vamos a gritar.

Sostuvieron que el presidente Andrés Manuel López Obrador los abandonó y lo conminaron a que ya póngase las pilas, y haga las cosas bien para que nos deje recuerdos agradables.