El proceso de envejecimiento entre mujeres y hombres se vive de diferente manera. Para ellas, en esta etapa se profundizan las diferencias económicas, sociales y culturales existentes a lo largo de la vida, las cuales se asocian directamente con las desigualdades de género, destacó el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2018, en el país 12.3 por ciento de la población era de 60 años y más: 8.3 millones de mujeres y 7 millones de hombres.

Sobre la situación económica, el Inmujeres señaló que ellas suelen estar en condiciones más vulnerables debido a que históricamente se han visto limitadas para participar en trabajos formales.

Expuso que en 2017, con la Encuesta Nacional Sobre Seguridad Social, se identificó que 2.9 millones de personas en México con 65 años y más recibían algún tipo de pensión; de este total, 1.2 millones correspondía a mujeres, de las cuales 52 por ciento recibía recursos por retiro, cesantía, entre otras, y el resto por viudez, orfandad y ascendencia, mientras dicho porcentaje se incrementó hasta en 96 por ciento en los hombres.

Las mujeres de este grupo de edad presentan mayormente una condición de discapacidad o limitación en comparación con sus pares masculinos. En 2018, del total de 7.8 millones de personas con discapacidad en el país, 2.3 millones fueron féminas (28.8 por ciento); en contraste, los varones representaron 1.6 millones (21.1 por ciento).

Ana Lilia Pérez, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, expuso que ante este panorama es necesario reconocer los distintos escenarios en que se vive la vejez, lo que implica esta etapa y con ello incidir en un mejor envejecimiento de la población.