Desde junio, el Instituto de Seguridad y Servicios de los Trabajadores del Estado (Issste) contrató a un proveedor de batas quirúrgicas desechables, que le entregará poco más de un millón de piezas, pero la empresa no ha recibido su pago. La deuda ya asciende a unos 50 millones de pesos.

Raúl Navarro, director general de la empresa Proarta, afirmó lo anterior y que el contrato concluye en diciembre de 2020, pero la Dirección de Abasto del instituto le propuso –y aceptó– una ampliación por 20 por ciento del convenio actual, con lo cual el servicio se extenderá a los primeros meses de 2021.

El empresario aceptó, aunque desde hace por lo menos tres semanas dejaron de solicitarle piezas. Comentó que desde junio ha entregado 39 mil 80 mil batas a la semana puntualmente y con base en los requerimientos que le plantean en el área del almacén del Issste.

El contrato tuvo un costo de 94 millones de pesos por un millón 58 mil piezas y por la ampliación planteada, tendría que elaborar otras 211 mil.

Navarro llamó la atención sobre el hecho de que las requisiciones pararon luego de que fue a buscar al director de Finanzas, Jens Lohmann –designado en el cargo en septiembre–, para plantearle el tema de los adeudos pendientes. Fue atendido por Luis Miguel Chong, pero no obtuvo respuesta.

En los siguientes días, de manera extraoficial le informaron que la Dirección de Finanzas paró todo por un supuesto problema de calidad de las batas de Proarta.

Para Navarro se trata de una situación rara, porque el Issste cuenta con un área especial donde se revisa la calidad de los insumos y no había tenido reportes de ningún tipo.

Por separado, trabajadores del Issste comentaron que los inventarios de estos bienes han ido bajando y advirtieron sobre la importancia de que intervengan las autoridades o las unidades médicas caerán en desabasto muy pronto.