Medellín. El opositor venezolano Leopoldo López abandonó la residencia del embajador español en Caracas y salió de Venezuela, informó ayer su partido. La oficina de prensa del líder opositor Juan Guaidó señaló en un comunicado que fue completada de manera exitosa una operación que logró burlar el aparato de represión de la dictadura para sacar a territorio internacional a López.

Guaidó destacó en su cuenta de Twitter que la presión interna será reforzada y fortalecida por la labor de quienes nos representan en los distintos espacios internacionales, desplegando su máximo potencial.

López es el fundador del partido Voluntad Popular, en el que milita Guaidó, quien es reconocido por Estados Unidos y otros 50 países más como presidente legítimo del país, que consideran que la relección de Maduro en 2018 fue fraudulenta.

Más tarde, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, en su cuenta en Twitter, indicó que López abandonó la residencia del embajador en Caracas como una decisión voluntaria y personal.

López, economista y ex alcalde opositor que en su momento fue considerado el más prominente preso político venezolano, se encontraba en la residencia del embajador español desde que fracasó una insurrección militar liderada por él, en abril de 2019, acompañado de un pequeño grupo de militares. En ese entonces López cumplía una condena de arresto domiciliario desde el 8 de julio de 2017.

El golpe fue reprimido y López se refugió en la residencia del diplomático, teniendo que justificar una vez más sus acciones ante sus aliados y adversarios de Maduro, muchos de los cuales no tenían ni idea del complot. Su condena de casi 14 años de prisión, fijada en septiembre de 2015 por presuntamente incitar a la violencia, fue condenada por muchos países.

Luego de una marcha opositora el 12 de febrero de 2014, en la que murió el manifestante opositor Bassil da Costa, de 23 años, y otras dos personas, el presidente Nicolás Maduro responsabilizó a López de esos hechos de violencia y denunció que eran parte de un complot orquestado por Estados Unidos.

Durante los tres años en que López estuvo recluido en la cárcel militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas, su esposa, Lilian Tintori, denunció la supuesta violación de sus derechos, que incluyó largos periodos de aislamiento, la suspensión de visitas familiares e incluso de sus abogados.

No está claro cómo López abandonó la residencia del embajador, dada la fuerte presencia de agentes del organismo de seguridad del Estado apostados a las afueras de la propiedad.

El abandono de López del país ocurre seis semanas antes de los comicios legislativos del 6 de diciembre, cuando Maduro y sus aliados confían en que saldrán victoriosos y retomarán el control de la Asamblea Nacional. Guaidó ha prometido boicotear las votaciones.

La esposa e hijos de López están en España desde el año pasado, pero él se había negado a irse. Probablemente es la señal más clara de que el esfuerzo continuo de la oposición para desbancar a Maduro ha fracasado que un líder comprometido con la permanencia en Venezuela como López haya decidido irse finalmente, expresó Raúl Gallegos, analista en Colombia de la consultora Control Risks.

Su partida también se produce días después de que el embajador de España, Jesús Silva, quien ha sido el decano de la menguante comunidad diplomática de Caracas, fue llamado a Madrid por el gobierno de izquierda del presidente español Pedro Sánchez después de servir en el cargo durante cuatro años.