a pandemia ha hecho brillar circunstancias, personas y corazones. Nos ha retado y muchos han respondido con gallardía al reto. En ese solo aspecto ha sido benéfica la pesadilla que hemos vivido. Un ejemplo: el Covid ha encontrado a México en una situación sanitaria deplorable, resultado de décadas de descuido. Este régimen ha empezado con un déficit de 123 mil médicos y 300 hospitales abandonados. Ha tenido que improvisar una respuesta que está funcionando.

El doctor Sergio Ureta, urólogo destacado y directivo de varias agrupaciones médicas, ha entrado a profundidad en el tema, no sólo por lo que toca a la difícil situación actual, sino a las perspectivas verdaderamente deslumbrantes del desarrollo de la ciencia para las próximas décadas; explica: la pandemia ha matado a más de 87 mil personas, pero la medicina ha recuperado más de 600 mil pacientes. El Covid es un fenómeno natural para el que todavía no hay remedio y en varios países se está luchando por generar vacunas. El curso del virus es caprichoso, curvas ascendentes y descendentes. Sin embargo, en México las unidades hospitalarias, los médicos y los trabajadores han respondido. Hay 69 por ciento de camas disponibles, 74 por ciento con ventilador.

Esta respuesta positiva parece confirmar la vocación del país por los progresos científicos y la medicina. Aquí se descubrió la píldora anticonceptiva y hemos estado a la vanguardia en mecatrónica y en robótica. Participamos en la corriente mundial de la genómica y contamos con un centro de investigación especializado. El 23 de octubre de 1883 se creó el Instituto de Ciencias Médicas, en la época de Valentín Gómez Farías (de ahí que se celebre en México en esa fecha el Día del Médico).

La historia de la medicina mexicana es una acumulación de logros. Estamos viviendo un episodio en que los facultativos y los trabajadores de la salud han actuado más allá de su responsabilidad profesional. Han salvado cientos de miles de vidas. Pero la batalla contra la pandemia ha costado mil 200 muertes de médicos y numerosas de trabajadores sanitarios. Aún sentimos que la pandemia está lejos de una vacuna que vendría a permitirnos regresar a la cotidianidad y volver a vivir.

Colaboró: Meredith González