undado en 1996 por el magnate australiano Rupert Murdoch, el canal Fox de noticias se convirtió hace cuatro años en el principal medio publicitario de Donald Trump para lograr la candidatura del partido Republicano a la presidencia. Lo utilizó también en su campaña electoral y, ya instalado en la Casa Blanca, a él acudía para lanzar sus denuestos.

Lo hizo para atacar a quienes se oponían a sus políticas, acusar a los demás medios de difundir noticias falsas sobre su gestión, mentir al pueblo estadunidense o tergiversar sus declaraciones. Además, para asegurar que la pandemia de Covid-19 estaba bajo control y no era grave.

Esa relación se rompió el sábado pasado al ser Fox News la primera en informar de la victoria de Joe Biden en Arizona. Con ella obtenía la presidencia. Lo hizo en solitario durante tres horas, hasta que lo confirmaron otros medios importantes, como la agencia Ap y las cadenas CNN y NBC.

Profundamente enfadado con la que creyó era su propia agencia de publicidad, Trump llamó a Murdoch para pedirle que rectificaran la noticia. Ahora se revela que el magnate le colgó el teléfono. Trump puso entonces un mensaje en Twitter acusando al responsable de la información sobre Arizona, Arnon Mishkin, de haber votado por Hillary Clinton en 2016 y por Barack Obama y Joe Biden en 2008. Otra mentira del mandatario.

Esta semana, Fox News se ha negado a divulgar la acusación del presidente y sus voceros de que un fraude monumental intenta arrebatarle el triunfo. No es que la poderosa cadena de noticias haya cambiado de línea informativa. Simplemente a su cuestionado dueño le es política y económicamente muy caro seguir defendiendo a su amigo. En 2011 hizo lo mismo: prohijó la candidatura de la extremista de derecha Sarah Palin para ocupar la Casa Blanca, luego, la abandonó a su suerte.

En México, una televisora también revistió de virtudes y cualidades a un candidato carente de ellas. Eso le ayudó a ganar la presidencia de la República, que fue un desastre, como la de Trump.