El rostro de la crisis económica nacional, derivada de la recesión y la emergencia sanitaria, se reflejó en el contenido del decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2021 que mantuvo su estructura con la defensa de Morena y sus aliados, el Partido del Trabajo (PT), PES y PVEM . Se presentaron mil 26 reservas en total, promovidas en tribuna por 200 diputados –al cierre de la edición de este diario aún restaban 30 por hacerlo–, y el pleno cameral fue escenario de reclamos de la oposición conformada por el PAN, PRI, Movimiento Ciudadano y PRD, en nombre de los gobernadores de la Alianza Federalista, de presidentes municipales afines, defensores de la vaquita marina, de las escuelas de tiempo completo y casas de asistencia para mujeres.

Se esperaba que el decreto de PEF 2021 fuese aprobado en lo general y lo particular en el transcurso de la madrugada de este viernes. Dirimirlo ocuparía más de 33 horas en las tres sesiones en que se dividió, desde el martes, prosiguió el miércoles, el jueves y concluyó hoy.

También se sucedieron señalamientos que alcanzaron puntos de incomodidad, como el que evidenció de nueva cuenta a Iván Pérez Negrón como empleado de Rosario Robles Berlanga, hoy en prisión acusada de delitos del fuero común. Jorge Espadas (PAN) le soltó directa Pérez Negrón –quien es de los diputados glamurosos en San Lázaro, pues viste trajes de marca y vistosos zapatos Salvatore Ferragamo, cuyo precio oscila en los 20 mil pesos por par–: ese diputado que renunció al PRI, que sin vergüenza esconde en su currículum su cercanía con Rosario Robles, no hay vergüenza ya.

Y el caso de Pérez Negrón se comenzó a utilizar desde la oposición perredista para descalificar a la bancada morenista: “La mayoría, sólo unos cuantos son de izquierda, ahí les llegaron de todos los partidos, no se hagan, son iguales…” Los morenistas, disciplinados, no respondieron a tales aseveraciones, dedicaron su estancia en el pleno a presentar sus propuestas y a rechazar aquellas que pretendían contravenir el espíritu del decreto.

Una de esas propuestas, conocida como la reserva madre, pretendía recortar las obligaciones de pago de deuda pública y de los Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores (Adefas). Eso llevaría a un escenario de impago o moratoria, y obligaría a contratar nuevos empréstitos, replicó el morenista Pablo Gómez. En las cuentas de Fernando Galindo (PRI) y ex subsecretario de Egresos con Enrique Peña Nieto, se conseguiría redistribuir una bolsa de 109 mil millones a gasto diversos ramos, de los que las entidades federativas resultarían beneficiadas.

Una vez que desechó la reserva en el pleno, Ignacio Mier, líder de la bancada de Morena, ratificó que esa propuesta no pasaría, porque no somos políticos descafeinados somos responsables; el presupuesto fue ampliamente discutido, nosotros apostamos por las reactivación económica.

El coordinador del PT, Reginaldo Sandoval, acusó que los gobernadores separatistas nos querían llevar a autorizar 60 mil millones de pesos al gasto federalizado. Pretendían mover 192 mil millones de pesos. Y prolijo, Pablo Gómez detalló: las oposiciones hicieron un paquete de 75 mil millones de pesos para dejar de pagar deuda. Las oposiciones no dijeron cómo iban a llevar el recorte al pago de deuda, sin tocar la Ley de Ingresos, y evidentemente ellos pretendían la moratoria. Yo me pregunto, ¿cómo puede una oposición de cualquier signo proponer para su país un esquema tan lamentable como este?, y lo único que se les ocurrió es llevar al país a una crisis de pago.

Los únicos cambios que prosperaron fueron los que Morena y sus aliados promovieron: reforma al artículo 23 del decreto en materia de desarrollo de pueblos indígenas; al artículo octavo transitorio, referente a matizar que se destinaran recursos necesarios para la detección y atención de cáncer infantil; al décimo octavo transitorio, para exponer que se destinará dinero para apoyar a los maestros en escuelas de tiempo completo; al décimo noveno transitorio, para que no se paguen seguros de separación, y para que se apliquen los recursos destinados a los programas materno-infantiles; que se continúe el programa nacional de reconstrucción, hasta la que propuso Adela Piña, para que amplíe el gasto a las escuelas normales rurales, que tenía asignada una bolsa de 2 millones 597 mil pesos, a 170 millones.