Martes 17 de noviembre de 2020, p. 4
El Cairo. Expertos egipcios restauraron el antiguo asentamiento de Shali en el apartado oasis de Siwa, muy cerca de la frontera con Libia, donde sobresale una fortaleza mameluca del siglo XII.
El poblado, cuyos antiguos habitantes hablaban la lengua bereber, tenían su propia escritura y prácticas distintivas de bordado, podría convertirse en importante destino ecoturístico luego de las faenas de rescate, comentó el ministro del sector, Khaled El-Anany, en declaraciones a Ahram on line.
Prolongadas durante dos años, las tareas de restauración incluyeron la vieja fortaleza, pasajes comerciales y típicas viviendas de la zona, muchas de las cuales fueron abandonadas en 1926 por sus propietarios a raíz de fuertes tormentas.
Capacitar a los obreros del paraje en las tradicionales técnicas constructivas (kershif) –con barro paredes y piso, y troncos de palma los techos–, fue otro de los propósitos del proyecto, amplió el portal digital.
En el sitio sobrevive también una vetusta mezquita, de alto valor religioso, así como el muro de protección recién remozado.
Es un sueño hecho realidad, una forma de preservar nuestro patrimonio y reconfigurar el futuro sobre sólidas raíces, añadió El-Anany.
Durante siglos, los residentes en el apartado poblado de Shali, adornado con palmeras, han vivido de la agricultura, fundamentalmente del cultivo de dátiles y aceitunas.
Se trata de un enclave prácticamente aislado, distante de las principales áreas lingüísticas bereberes, que, sin embargo, preserva esa expresión, así como acostumbrados medios de transporte, entre ellos los carros de madera tirados por asnos.
De unos 80 kilómetros de longitud y 20 de ancho, abriga a 23 mil personas, guardianes de reliquias, como su oráculo, que, según apuntes históricos, fue visitado por personajes de la talla de Alejandro Magno; el templo dedicado a Amón –una de las deidades de la época faraónica–, y la poza de Cleopatra (con aguas termales).
De acuerdo con la tradición oral allí estuvo la última reina del periodo ptolemaico, de ahí su nombre.