Las finanzas públicas de México deben dejar de depender de los ingresos petroleros y hay que robustecer el sistema tributario, planteó Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, quien también subrayó los efectos adversos de recurrir a la austeridad en medio de la pandemia de Covid-19.

Durante su participación en la 48 Convención Nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), el profesor de economía en la Universidad de Columbia, Nueva York, señaló que países cómo México deben asumir que los modelos que significaban éxito en el pasado pueden no llevar a un éxito sostenible en el futuro.

Destacó que el país tiene que desarrollar un sistema impositivo robusto, el ingreso de combustibles fósiles va a desaparecer y no pueden tener una sociedad exitosa con el pequeño ingreso que obtienen de impuestos y su economía va a tener que cambiar esto.

Agregó que el país deberá contar con estrategias para lidiar con sus bienes de carbono, pues el planeta va a pasar a la neutralidad de carbono, ya que incluso México se comprometió a depender menos de los combustibles fósiles.

En el futuro van a tener estos bienes abandonados, el petróleo va a estar en el subsuelo y no va a valer nada, agregó.

Según datos oficiales, las actividades relacionadas con el petróleo aportan entre 12 y 14 de cada 100 pesos de los ingresos fiscales del gobierno.

Stiglitz también consideró que México debe dejar de depender de Estados Unidos en materia de comercio exterior, por lo que debe de diversificar sus exportaciones.

▲ El ingreso de combustibles fósiles va a desaparecer, advierte Joseph Stiglitz. Imagen de archivo.Foto Cristina Rodríguez

Refirió que los problemas entre Washington y China son una especie de nueva guerra fría, de la cual el territorio mexicano puede beneficiarse ante la relocalización de plantas e inversiones y la mano de obra barata con la que cuenta.

El catedrático dijo que ante la pandemia de Covid-19 se han observado las respuestas de todas la naciones, y mientras unas han sido exitosas, otras han sido un fracaso, como Estados Unidos, que pese a ser una de las naciones con mayor riqueza, no ha logrado controlar la enfermedad.

En el caso de México, el catedrático dijo tener cierta decepción, pues sólo se destinaron recursos equivalentes a 1.6 por ciento del producto interno bruto (PIB). Subrayó que EU utilizó el equivalente a 10 por ciento de su PIB en estímulos fiscales y otras medidas para mitigar los efectos de la enfermedad.

Indicó que la crisis económica actual fue diferente a todas las que se han visto, pero las consecuencias para los hogares, bancos y negocios estan ahí y una vez que se hace el daño es difícil deshacerlo.

Subrayó que ante los efectos económicos que son inciertos, la flexibilidad en las respuestas que se adopten son una vía para mitigar las consecuencias.

Expuso que lo peor es quedarse en una medida, pues al inicio de la pandemia había ciertas condiciones, las cuales ya no existen en este momento pues se creía que duraría poco tiempo. Por ello, comentó, las políticas macroeconómicas deben evolucionar conforme pasa el tiempo y no ser estáticas.