Buscan disminuir los gastos del presupuesto de salud y aumentar el bienestar general
Domingo 22 de noviembre de 2020, p. 16
Los 16 millones de fumadores activos en el país –cinco millones de ellos en niveles de pobreza– tienden a padecer patologías cardiacas, enfermedad pulmonar obstructiva, tabaquismo pasivo, cáncer pulmonar y accidentes cerebrovasculares, con un costo a erario de 79 mil millones de pesos.
Esas evidencias propiciaron que la bancada de Morena elaborara una iniciativa de reforma a la Ley General para el Control del Tabaco, con el fin de endurecer las acciones que restrinjan el consumo en lugares abiertos, elaborar un nuevo etiquetado que alerte de todos los riesgos a los usuarios y garantice mejor atención en los servicios de salud, sobre todo a las personas de menores recursos.
Carmen Medel Palma, representante morenista, expuso en la propuesta que de los 16 millones de usuarios de tabaco, la prevalencia de consumo actual entre los adultos (20 años y más) es de 17.9 por ciento, lo que corresponde a 14.8 millones de fumadores, de los cuales, más de 6 millones lo consumen diariamente. Además, 28.4 por ciento de hombres en este rango de edad (10.6 millones) y 9.2 por ciento de las mujeres (4.1 millones) consumen tabaco, lo que corresponde a una proporción de 3 a 1.
En tanto, un millón 300 mil jóvenes de entre 10 y 19 años (5.7 por ciento) consumen tabaco. De ellos, 297 mil 391 fuman diariamente. En ese segmento poblacional, 8.8 por ciento (1 millón 14 mil 100) que son hombres y 2.6 por ciento (290 mil), mujeres, consume de manera consuetudinaria.
La iniciativa de reforma a la Ley General para el Control del Tabaco propone robustecer las políticas públicas en salud dirigidas al fomento de establecer espacios 100 por ciento libres de humo de tabaco y las emisiones de los nuevos productos, regulación de la publicidad y el uso de saborizantes y aditivos.
La contingencia sanitaria derivada del virus Covid-19 “puso en riesgo a toda la población, sin embargo, esta enfermedad es particularmente peligrosa para las personas con afecciones subyacentes, como padecimientos cardiacos o pulmonares, y aquellas con factores que aumentan la probabilidad de enfrentrar un nivel grave de la infección, como la obesidad y el tabaquismo.
Los datos del brote epidémico muestran que personas con antecedentes de patologías cardiovasculares y respiratorias tienen mayor probabilidad de desarrollar síntomas graves de Covid-19.
Derivado de la realidad de pobreza de más de una cuarta parte de la población fumadora, la iniciativa se propone, además, mantener los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMC), abrigados en la protección al bienestar general: 1. Reducir el consumo de tabaco entre fumadores, 2. Retardar el inicio de la adicción, 3. Evitar recaídas en ex tabaquistas. 4. Reducir los costos en salud, y 5. Disminuir la aceptación social del hábito referido.
No obstante, entre las resultantes de la pandemia se prevé que, a causa del confinamiento de la población, aumente el consumo del nocivo producto y, con ello, las consecuencias.
“El humo ajeno, o también conocido como ambiental o de segunda mano, contiene más de 7 mil productos químicos, de los cuales al menos 250 son nocivos y 69 son cancerígenos.
“En tanto, el de tercera mano son las partículas que quedan después de fumar, sobre todo en espacio cerrados, en paredes, cortinas, muebles, tapicería e incluso en el cabello de las personas.
Los bebés y los niños son la población más vulnerable a esta contaminación porque ellos respiran y comen las toxinas del piso, de los asientos del automóvil, de los brazos de adultos fumadores y otros sitios donde las sustancias nocivas se han acumulado con el tiempo
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