Lunes 23 de noviembre de 2020, p. 14
Ante el aplazamiento del nombramiento del director del Instituto Politécnico Nacional (IPN) para el periodo 2020-2023 –que debía hacerse el viernes, cuando Mario Alberto Rodríguez Casas finalizó el trienio para el que fue nombrado en noviembre de 2017–, integrantes de la comunidad politécnica debaten si el instituto está acéfalo.
Y es que las ausencias del director son suplidas por el secretario general, de acuerdo con la legislación de la casa de estudios; sin embargo, la normatividad no indica qué sucede cuando no hay un director designado, como en el caso actual.
El artículo 99 del Reglamento Orgánico señala: Durante las ausencias del titular de la Dirección General, el despacho y la resolución de los asuntos de su competencia quedan a cargo del secretario general
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De acuerdo con algunos politécnicos, este párrafo se refiere fundamentalmente a las ausencias temporales del director, pero no aclara si también rige el funcionamiento del Politécnico en caso de una ausencia definitiva del director general derivada de que no hay uno nombrado.
En 2014 sucedió una situación similar, cuando Yoloxóchitl Bustamante renunció a la dirección en medio de un movimiento estudiantil. Ante la demanda de la comunidad de que se nombrara a un director general, el entonces secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, señaló que en la Ley Orgánica del IPN sólo se contemplan las ausencias del director general, pero no el tema de las renuncias
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La designación del titular del IPN es una facultad exclusiva del Presidente de la República y se espera esta semana un pronunciamiento del Ejecutivo en ese sentido.