Jueves 26 de noviembre de 2020, p. 2
Madrid. Científicos de Harvard reconstruyeron cómo y cuándo los primeros grupos de criaturas exploradoras terrestres se convirtieron en mejores caminantes que nadadores.
Según los investigadores, es difícil saber cuánto cambió el juego cuando los vertebrados se levantaron por primera vez de las aguas y se trasladaron a la costa hace unos 390 millones de años. Esa transición llevó al surgimiento de los dinosaurios y todos los animales terrestres que existen hoy.
Poder caminar por la tierra esencialmente preparó el escenario para toda la biodiversidad y estableció ecosistemas terrestres modernos. Representa un periodo increíblemente importante en la historia evolutiva
, explicó Stephanie Pierce, profesora adjunta de biología orgánica y evolutiva y conservadora de paleontología de vertebrados en el Museo de Zoología Comparada.
Los científicos han tratado durante más de un siglo de desentrañar cómo se produjo este cambio notable, y su comprensión del proceso se basa en gran medida en unos pocos fósiles raros e intactos con brechas anatómicas entre ellos. El nuevo estudio de Pierce y Blake Dickson busca proporcionar una vista más completa al enfocarse en un solo hueso: el húmero.
El estudio, publicado en Nature, muestra cómo y cuándo los primeros grupos de exploradores terrestres pasaron del agua y la tierra. El análisis abarca la transición de aleta a extremidad y reconstruye la evolución del movimiento terrestre en los primeros tetrápodos. Estos son los vertebrados terrestres de cuatro extremidades cuyos descendientes incluyen anfibios, reptiles y mamíferos extintos y vivos.
Los investigadores se centraron en el húmero, el hueso largo de la parte superior del brazo que desciende desde el hombro y se conecta con la parte inferior del brazo en el codo, para sortear el dilema de los espacios entre fósiles bien conservados.
Imprescindible para el movimiento
Funcionalmente, el húmero es imprescindible para el movimiento porque alberga músculos clave que absorben gran parte del estrés de la locomoción cuadrúpeda. Lo más importante es que el hueso se encuentra en todos los tetrápodos y los peces de los que evolucionaron y es muy común en todo el registro fósil.
Este hueso representa una especie de cápsula del tiempo, con la que reconstruir la evolución de la locomoción.
Empezamos con la idea de que el húmero debería informarnos sobre la evolución funcional de la locomoción a medida que pasas de ser un pez que nada más y cuando llegas a tierra empiezas a caminar
, señaló Dickson.
Los investigadores analizaron 40 húmeros de fósiles en 3D para el estudio, incluidos nuevos fósiles recogidos por colaboradores de la Universidad de Cambridge como parte del Proyecto TW:eed. El equipo analizó cómo cambió el hueso con el tiempo y su efecto sobre la manera en que probablemente se movían esas criaturas.