Viernes 27 de noviembre de 2020, p. a10
Iniciativa Artemisa es un proyecto que cree que la mejor forma de concientizar es a través de los hechos. Un grupo de 12 mujeres –que a su vez representan a colectivos dentro de los medios audiovisuales– creó tres cláusulas para dar respuesta a la problemática de género dentro del medio laboral fílmico y que estarán disponibles en su página web el 26 de noviembre, en el contexto del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG).
La Jornada pudo entrevistar a la productora mexicana Karina Blanco, una de las portavoces de Iniciativa Artemisa:
–Artemisa es una diosa griega que le pidió a su padre ser dueña de sí misma y jamás casarse. ¿Fue por ello que decidieron ponerle ese nombre al proyecto?
–Nos costó mucho trabajo elegir el nombre. Artemisa retrata a una mujer que decidió por ella, además de que luchó por el sentido de la independencia y del respeto. El símbolo de tener una flecha es importante para nosotras, porque es el inicio, abre una puerta a algo diferente y es lo que estamos buscando. Donde los sueños dejen de ser sueños para convertirse en realidad. Nos parece simbólico que ella tenga un arco porque nos vemos como una punta de lanza, como la flecha en Artemisa.
–En los últimos años ha existido un estallido social con respecto a los derechos de las mujeres. ¿Cuál fue el punto de quiebre para ustedes?
–Muchas personas nos preguntan si tuvo que ver con lo que pasó con Ciro Guerra, cineasta colombiano acusado de acoso y abuso sexual, y también si tiene relación con la iniciativa #YaEsHora. Sin embargo, lo que nos condujo a esto fue el hartazgo. Las experiencias de muchas mujeres que trabajamos en este medio fílmico fueron el precedente para crear las cláusulas. Nos pudimos percatar de que ninguna pasaba una producción sin una anécdota, donde ocurrían situaciones que nos hicieron sentir incómodas, en riesgo. Algunas llegaron a renunciar a su trabajo por el acoso que estaban viviendo.
Límites
–¿En qué momento se empieza a crear el proyecto?
–En marzo de este año. La pandemia nos dio tiempo para aterrizar las anécdotas y transformarlas en una herramienta concreta desde el marco legal. La página web es donde proyectamos los límites que creemos necesarios: las cláusulas. Esto nos permite accionar para tener un mejor ambiente laboral y desarrollarnos en el ámbito creativo.
–¿Quiénes forman la iniciativa?
–Somos 12. Algunas de nosotras fuimos parte de un grupo que se llama Civilas, nos juntamos para poder ayudarnos en la inclusión de género; según datos de la ONU, sólo 33 por ciento del total de trabajadores en el medio fílmico son mujeres. Después del temblor el grupo se fortaleció, ya que fuimos activas y creamos un diálogo, de ahí se derivó Iniciativa Artemisa. Teníamos claro el problema, decidimos atacarlo. Se puede ver como un grupo pequeño, pero ellas a su vez representan a otros grupos, como Apertura (fotógrafas que buscan la inclusión). Tenemos intercambios con mujeres de Colombia, Argentina, Nicaragua y Guatemala; consideramos que esto no es un movimiento, sino una necesidad latinoamericana.
–¿Cuál es su principal objetivo?
–Nuestro motor es lograr ambientes laborales con cero tolerancia a la violencia. Creemos que tener este espacio libre de violencia nos va a permitir desarrollar nuestras miradas, nuestro talento, así como nuestros discursos. A través de las cláusulas, que estén asentadas en los contratos, podremos activar alguna acción concreta y darle fin a las acciones judiciales. La violencia no es una negociación, simplemente ya no hay que permitirla.
–¿Cómo se crean las cláusulas y cuáles son?
–Empezamos a trabajar con una cláusula y nos dimos cuenta que la había hecho un hombre, así que de ahí partimos a las experiencias de las mujeres y las hicimos enumerativas. Paulina Villegas, abogada y parte de la iniciativa, les dio el sustento legal que necesitábamos. Generamos tres cláusulas: cero tolerancia a la violencia, intimidad (tiene que ver más con las actrices) y otra de no discriminación. Se publicarán de forma gratuita, junto con la página web, en el marco del FICG, el 26 de noviembre. Sólo tendrían que llenar un formulario y podrán descargarlas.
–¿Si una casa productora decidiera incorporar las cláusulas, a ti como productora qué te permiten hacer?
–Yo como productora me di cuenta que tener algo en el contrato me permite poder accionar, como ya firmaste, ya sabes la consecuencia. El respaldo legal me da la posibilidad de correr a alguien que fragmenta, divide, omite o que generará cualquier comportamiento violento contra la mujer. Las cláusulas nos dan la herramienta de accionar en el día a día. Además, se forma una pedagogía, porque deja el precedente. Cuando yo veo que al otro lo corrieron por hacer eso, me cuestiono qué estoy haciendo y entiendo que yo también lo estoy realizando. Hasta la fecha, me ha tocado correr a tres personas que cometieron acoso y, sin duda, sin el contrato es mucho más difícil poner límites.
–¿Ha sido controversial que las cláusulas llegaran a ser punitivas?
–Se nos cuestionó la razón por la cual la cláusula se debe poner en el contrato, nosotras respondemos que es el momento de exigir una mejor construcción social, es lo que nos corresponde, lo que nos toca y es para todos, porque también sabemos que hay violencia hacia los hombres. Tenemos claro que esto se consigue del contratante al contratado y del contratado al contratante. Afortunadamente los medios audiovisuales son un ejercicio colectivo y las cláusulas nos van a ayudar a todos. Más que exigir y ser punitivos, construimos un espacio más sano para las siguientes generaciones. Si bien México demuestra su calidad en festivales, nos toca demostrarla en el set, en acciones.
–¿Cuál es la proyección de Iniciativa Artemisa?
–Probablemente el sector se polarice y critique las cláusulas en los contratos; sin embargo, espero que sea una herramienta y pasen a ser de uso cotidiano. Esperamos que esto se expanda a escuelas, festivales y a todas las áreas del cine y del área audiovisual.