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FIAP: los intereses pensionarios contraatacan 
F

rente a la tendencia mundial en curso para corregir de raíz el rotundo fracaso de las privatizaciones pensionarias fundadas en el cuestionado modelo de capitalización individual (Afore), los defensores de este costoso y contrasolidario arreglo –vigente en México y otros países latinoamericanos– han decidido tomar ruidosamente la palabra.

Ese es el caso de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) –no casualmente asentada en Chile– que ahora en el libro titulado Reversiones. Mientras Europa avanza hacia la capitalización individual, en América Latina algunos proponen volver al reparto (septiembre 2020) –comentado por el mexicano Bernardo González, presidente de Amafore– argumenta que las consecuencias de una eventual reversión de los sistemas privatizados se traduciría en: 1) terminar con los derechos de propiedad individual, pasando a propiedad colectiva de los fondos; 2) traspasar las responsabilidades de administrar los programas contributivos de pensiones desde administradoras de fondos de pensiones que operan en un ambiente competitivo, la mayoría privadas, a una sola administradora del sector público, y 3) remplazar las contribuciones definidas y pensiones que dependen de los saldos acumulados en las cuentas individuales, a beneficios definidos.

Todo lo cual, según la FIAP, significa traspasar el poder desde las personas afiliadas del sistema a los políticos del gobierno y el Poder Legislativo. Los afiliados, insiste, pierden sus derechos de propiedad: ya no disponen de sus ahorros para financiar sus propias pensiones y dejar herencia en caso de que no existan beneficiarios de sobrevivencia. Tampoco, reitera, pueden elegir quién les administra sus ahorros, porque opera sólo una entidad pública. Además, pontifica la FIAP, la propiedad colectiva de los fondos expone los recursos previsionales al peligro de que sean destinados a propósitos ajenos a los objetivos del sistema de pensiones.

Curiosa miopia la de la FIAP: justo, ese exponer los recursos, es lo que hace consuetudinariamente –por su diseño neoliberal– el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) mexicano desde hace 23 años: un sistema de ahorro forzoso que emplea esos recursos para propósitos ajenos al sistema pensionario, pues apenas devuelve pensiones que, si acaso, suman 30 por ciento del último salario devengado por el futuro pensionado. No obstante lo cual usa los fondos para el retiro para financiar proyectos sobre los que ese futuro pensionado carece de cualquier control posible. Un sistema de ahorro forzoso que no cumple con su objetivo principal: pagar pensiones dignas.

La limitación de miras de la FIAP es patente. Es un adolorido huérfano que se resiste a aceptar la nueva realidad. En México nos es familiar esta limitación analítica estructural al formar parte del reducido léxico argumental –muy propalado mediáticamente– de Ricardo Salinas Pliego, Sergio Sarmiento y Gabriel Quadri, entre muchos.

Obtusa frente al mundo que la rodea y extraordinariamente alarmada con la profundidad de la tendencia correctiva mundial en curso, la FIAP arremete también con penosa torpeza y precipitación, al calificar de mentiras los más recientes trabajos de la OIT en la materia: son información falsa e ideológica, sostienen en su último comunicado (9/20).

La FIAP se refiere al trabajo La reversión de la privatización de las pensiones. Reconstruyendo los sistemas públicos de pensiones en los países de Europa Oriental y América Latina (2000-2018), de Isabel Ortiz y colaboradores (OIT, 2019). Al cual, sin más, descalifica observando que las reversiones han sido sólo cuatro y que de ningún modo responden a un fracaso del sistema de cuentas individuales, sino al deterioro de las cuentas fiscales y al menos en el caso de Argentina a argumentos ideológicos. Para la FIAP es claro que estamos luchando contra un enemigo poderoso: el populismo y la demagogia.

La iniciativa para el fortalecimiento de las pensiones, remitida el 25/9/20 por el Ejecutivo de la 4T a la Cámara de Diputados: la solución AMLO para los futuros pensionados del Apartado A del artículo 123 constitucional, amparados el IMSS y al servicio del sector privado, se quedó lamentablemente y para los próximos 10 años, del lado de la capitalización individual (sistema Afore) que defiende desesperadamente la FIAP.

Resta que AMLO aún se atreva a innovar en la ofrecida reforma del Aparatado B –el 23 de julio 2020– para lo cual podría ensayarse un remodelaje a fondo del esquema pensionario de los trabajadores al servicio del Estado, poniedo diferentes alternativas posibles sobre la mesa y no sólo la del Eje del mal pensionario gubernamental: secretario Arturo Herrera-Carlos Noriega Curtis (SHCP-4T) o Abraham Vela Dib (Consar), Zoé Robledo (IMSS) y Dolores Padierna (Morena). Veremos!

*Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco