¡Mercado negro de citas! // SAT: limpieza a fondo
n materia fiscal, los gobiernos neoliberales fueron rotundamente exitosos
: convirtieron al Servicio de Administración Tributaria (SAT) en una cueva de y para ladrones, en donde los funcionarios todo lo traficaban, todo lo vendían, mientras los amigos y socios del régimen obtenían pingües beneficios –ilegales, desde luego– a cambio de coimas. Putrefacción total, producto de pactos criminales
entre autoridades
y la banda de barones.
No es gratuito recordar lo que ha denunciado el procurador Fiscal de la Federación, Carlos Romero Aranda: “en gobiernos anteriores el SAT era un simulador y un distractor de la lucha contra la evasión fiscal… se han detectado esquemas de desvío de recursos públicos, moches, lavado de dinero, no pago de impuestos, que se hicieron para ponerle en la torre al país. Estos esquemas eran protegidos desde el gobierno; funcionarios públicos de todos los niveles forjaron pactos criminales”.
Con el cambio de régimen se ha corregido esta situación y recuperado multimillonarias cantidades en favor de la nación. Por decirlo rápido, el SAT ha cobrado impuestos no pagados por los grandes corporativos, aliados de los gobiernos neoliberales; se cancelaron las devoluciones de impuestos; se ha saneado y puesto en orden prácticamente todas las áreas de esa institución; quedaron fuera de la jugada muchos funcionarios corruptos dedicados a traficar y está sobre las factureras. Pero ello no quiere decir que los otrora beneficiarios del estercolero armado y protegido por las pasadas administraciones hayan perdido las mañas y las ganas de meter goles al erario.
Sirva lo anterior para entender cabalmente lo más reciente detectado por el SAT, que detalladamente explica su titular Raquel Buenrostro: ¡ mercado negro de citas con la autoridad fiscal! Una locura, y donde se aprieta sale mugre. Va, pues.
“El asunto de la saturación de citas ocurrió, fuerte, fue hace como dos meses. Lo que detectamos es que están metiendo robots, sobre todo los despachos contables, que acaparaban todas las citas y luego ellos mismos eran los que las vendían, y obviamente estaban coludidos con algunos funcionarios del SAT. Se identificaron en qué administraciones tributarias eran, qué despachos eran y qué era lo que estaban utilizando. Se modificó el sistema y se metieron medidas de seguridad para que no entraran estos robots.
“Muchas de las quejas ahorita que se han estado repitiendo son precisamente de los despachos que vendían las citas, porque también otra medida de seguridad que se metió es que no pudieran pedir citas si no era por el buzón del contribuyente. Entonces, cuando se dan de alta, aparte de dar su registro federal de contribuyente (RFC), dan un buzón, un correo y entonces lo que detectamos también es que usaban diferentes correos y correos hechizos. Entonces, también se metió como una medida de seguridad para tener el control. Básicamente, el robo de citas, digamos, o la venta de citas estaba, sobre todo, en Jalisco y Nuevo León, y ahorita se disminuyó.
“También se cambió un contrato del call center; teníamos un despacho abusivo, nos cobraba tarifas por mensajes y muchas cosas como si estuviéramos en los años 80, cuando ya los medios electrónicos son muy baratos. Entonces, no lo renovamos. Y hemos detectado que, muy probablemente, esta empresa u otra, han estado bloqueando los números de teléfono, porque tenemos identificado un par de conmutadores que son los que saturan las llamadas. Entonces, estamos en un proceso tecnológico para ver cómo desactivamos estos conmutadores donde estamos recibiendo las llamadas.
Es una parte del boicot, porque estamos sacando y mejorando algunos contratos y los hemos estado bajando casi 2 mil, 3 mil millones de pesos. Y ahorita trabajamos en bloquear las llamadas continuas de los mismos conmutadores. Ya están. A quienes no tengan cita les pediría que, además de los conmutadores, utilicen los correos y otros medios electrónicos para que la obtengan
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Las rebanadas del pastel
En síntesis, los gobiernos neoliberales no vendieron a su madre porque carecían de ella.