La pandemia dejará secuela en la salud mental de todos. Especialistas coinciden que en el futuro se verán los signos del encierro, la crisis económica y su efecto en los individuos. Esta premisa llevó a un investigador mexicano, Jorge Alberto Guzmán Cortés, de la Universidad Autónoma de Hidalgo, a realizar un estudio sobre el impacto de esta realidad en deportistas de diferentes disciplinas, entre ellas el futbol.

Uno de los resultados preliminares que más llamó la atención, contra lo que podría pensar el público, es que los deportistas profesionales están más preparados para resistir los efectos de la pandemia. En el estudio encontraron que los atletas en esta escala soportan mejor la ansiedad, la depresión y el estrés que deriva de las condiciones de la emergencia sanitaria.

La respuesta que hemos encontrado es que aquellos que trabajan con grupos amplios de especialistas, entre ellos de salud mental, cuentan con más herramientas para lidiar con los efectos del aislamiento, la parálisis de actividad profesional y la reducción de sus ingresos económicos, comenta el doctor Guzmán, quien emprendió esta investigación en la que también colaboran otras instituciones académicas del país.

Hay suficiente información sobre los beneficios neuronales al practicar alguna actividad física, explica el especialista en neurociencias de la conducta; pero los deportistas profesionales cuentan con grupos interdisciplinarios que incluyen a los de salud mental, pues requieren trabajar con la motivación, manejo del estrés y control de la frustración; eso les otorga herramientas que les permite lidiar con una realidad, a diferencia del resto de la población.

La muestra poblacional para este trabajo estuvo integrada por 110 deportistas de distintas disciplinas, en niveles amateur, semiprofesional y profesional. Estos resultados son preliminares, pues la investigación continúa su curso y ha aumentado a 600 atletas para el proyecto.

Es interesante que a mayor nivel de competencia, menor ansiedad y depresión, apunta el investigador; no es que carezcan de estos síntomas, sino que sus niveles son menores respecto a los atletas semiprofesionales y todavía menos que los amateurs. Desde luego todos ellos están por debajo de los niveles que presenta la población en general, sobre todo de quienes no realizan actividad física alguna.

Después del confinamiento y la pausa de meses de competencia en el deporte profesional, los atletas han enfrentado los efectos sicológicos de la reducción de sus ingresos económicos, como consecuencia de la ausencia de público en estadios y la caída de patrocinios, que obliga a sus instituciones a bajar los salarios.

Los deportistas del más alto nivel de competencia profesional viven sobre todo con miedo al contagio, el riesgo por la concentración masiva de espectadores y la caída de sus ingresos económicos, apunta Guzmán Cortés; pero de forma particular, les preocupa la pérdida de su nivel competitivo por las condiciones restringidas de entrenamiento y que esto tenga un impacto negativo en sus carreras.