Lunes 14 de diciembre de 2020, p. 37
Autos de lujo blindados y escoltas estacionados afuera del bar Marte, en la avenida Palmas 810, alertaron a residentes de las Lomas de Chapultepec, quienes denunciaron un movimiento inusual en el estacionamiento de ese establecimiento, el cual fue clausurado el 5 de diciembre por expender bebidas alcoholicas después de las siete de la noche, contraviniendo las medidas sanitarias por el Covid-19.
El viernes, como parte de los recorridos y operativos que realiza la alcaldía los fines de semana, fuimos temprano a corroborar que permanecían los sellos y vimos que no había nada irregular; sin embargo, a partir de las 11 de la noche nos comenzaron a llegar mensajes de vecinos de que había mucho movimiento en el estacionamiento del sótano
, señaló Gustavo García, director jurídico de la alcaldía de Miguel Hidalgo.
Explicó que en el sótano descubrieron una escalera secreta que conducía a una bodega, donde alrededor de 100 personas celebraban una reunión con música y bebidas alcohólicas, hacinados y donde no había ventilación ni salidas de emergencia y era una bodega habilitada como anexo.
Los desalojamos de manera tranquila, no hubo incidentes, pero de haber ocurrido un accidente, incendio, una explosión o una riña el lugar habría sido una trampa de muerte
, añadió.
Lo que llama la atención es que eran jóvenes de alto poder adquisitivo; varios traían escolta y uno pensaría que es población educada, informada, con preparación, pero pues no, ninguno traía cubrebocas. Éste es el tipo de lugares que, ahora se sabe, son súper propagadores del virus
, indicó.
Eran personas que rondaban entre 30 y 40 años de edad, agregó.
Al principio no abrieron la puerta y apagaron las luces y la música, y se mantuvieron atrincherados, pero se oían voces y risas en el interior; 40 por ciento de los asistentes eran mujeres
, explicó.
Sólo un apercibimiento
Lamentablemente, el gerente y los meseros se escondieron entre los asistentes y abandonaron el local. Nadie se hizo responsable, al grado que tuvimos que ampliar los sellos del lugar, que ya estaba suspendido, a la bodega”, añadió García.
Evaluamos remitirlos a todos al juzgado cívico, pero la Consejería Jurídica del gobierno de la ciudad nos ha pedido que sólo los remitamos cuando hay violencia
, indicó el funcionario.
Esa misma noche, en Calderón de la Barca número 72, en el bar Gin Gin, que supuestamente lleva cerrado varios meses, se presentó otro caso similar.