Miércoles 16 de diciembre de 2020, p. 10
La promoción de tratamientos milagrosos para prevenir o curar el coronavirus ha sido una constante desde el inicio de la pandemia, pero ninguno ha demostrado científicamente la evidencia de su efectividad
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El dióxido de cloro es uno de esos productos que se promueve en redes sociales y algunos sectores, como el del espectáculo, lo consumen y contribuyen a fomentar lo que ya es un negocio, señalaron especialistas.
Lo anterior, a pesar de que existen reportes sobre eventos adversos, como quemaduras de esófago y dolor abdominal agudo. El problema es que en México la venta del producto se ha vuelto un negocio y quienes están dentro, su único interés es ganar dinero, advirtieron.
En redes sociales circulan mensajes y videos que explican los riesgos que representa el consumo del dióxido de cloro. Uno de ellos está en Twitter, de las doctoras @ArmelleID y @majo_refent, ambas especialistas del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Explican que se trata de un gas color amarillo o amarillo-rojizo, cuyo uso reconocido es como blanqueador de papel, desinfectante y para descontaminar construcciones.
Señalan que cuando se toma vía oral, que los posibles daños son: irritación e inflamación; falla respiratoria; trastornos sanguíneo, como metahemoglobinemia, leucopenia y anemia; arritmias cardiacas; vómito y diarrea; deshidratación y falla del hígado. Cuando se inhala puede provocar la acumulación anormal de líquido en los pulmones (edema pulmonar), broncoespasmo, neumonitis química y pérdida de la vida.
Las especialistas destacan que desde abril pasado, la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, alertó que no hay evidencia científica que apoye la seguridad o eficacia del dióxido de cloro.
Tampoco las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud aconsejan su uso, porque puede ocasionar graves efectos adversos; en México, la Cofepris señaló que se desconoce la calidad de los insumos, las condiciones de fabricación, almacenamiento y distribución.
Sin embargo, hay grupos como la Coalición Mundial por la Salud y la Vida que lo promueven, y en videos dicen que ya han entregado expedientes de 216 páginas al presidente Andrés Manuel López Obrador, la Secretaría de Salud y la Cofepris, entre otras instancias, con la evidencia de la no toxicidad
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