Desamparo, soledad, ansiedad, miedo, indiferencia, incertidumbre y desesperanza se entretejen en la trama de la introspectiva novela Inxilio, escrita por Martín Kitch, en la que la vida cotidiana se trastoca por una amenaza intangible y atroz que avanza inexorable y devora los largos y maltrechos días de confinamiento.

Publicada por el sello Alquimia, Inxilio trata sobre la conmoción que vive el ser humano en tiempos recientes, sobre el destierro que habita en su ser interior y el cúmulo de sofocantes emociones que se amalgaman y manifiestan en la sociedad, que se ven reflejadas en la vida cotidiana de una joven pareja que vive en el séptimo piso de un edificio de departamentos.

En medio de una atmósfera opresiva y llena de presagios, se desarrolla la historia escrita por Martín Kitch, en cuyo lenguaje, de acuerdo con los editores, se aprecia un estilo poético, oscuro e introspectivo.

Amenaza ubicua e intangible

Es una especie de odisea profunda interior, en la que se ven reflejadas las emociones del ser humano moderno, su desamparo, su soledad, su delirio, la violencia y sus grandes incertidumbres, explicó el autor en charla con La Jornada.

En la narración se habla de una amenaza ubicua e intangible, de un peligro inminente que azota a la sociedad y al mundo, que no necesariamente es la pandemia, comentó el autor. La idea es hablar de la gran conmoción y delirio que vive el ser humano.

Desde una perspectiva nada complaciente, se propone llevar al lector a reflexionar y a despertar la conciencia sobre la situación existencial misma, añadió Kitch.

Vivimos en la época de la catástrofe; cada ser humano es portador de la catástrofe, es la frase de Imre Kertész, que el autor de Inxilio retoma como epígrafe de su novela, en la que retrata una realidad convulsa y tensa.

Pretendo reflejar una realidad delirante que emergió a partir del confinamiento. Un encierro, reiteró el autor, que no habla sobre la pandemia, sino que hace referencia a los miedos, los peligros y amenazas que hay dentro de las personas comunes.

Inxilio, concluyó Martín Kitch, se propone, más que contar una anécdota, abordar emociones arquetípicas y simbólicas, en este caso a través de un lenguaje poético, oscuro y metafórico.