Lunes 10 de mayo de 2021, p. 22
Brasilia. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, encabezó ayer en esta capital una multitudinaria caravana de motociclistas en apoyo a su gobierno, el cual está bajo presión por su cuestionado manejo de la pandemia del Covid-19, que ha dejado hasta el momento casi 420 mil muertos.
Rodeado de un fuerte operativo de seguridad, el mandatario de 66 años partió del Palacio de Alvorada, la residencia oficial, con cientos de motociclistas para recorrer durante una hora el centro de Brasilia para festejar el Día de las Madres.
Tuvimos un problema gravísimo el año pasado, algo que nadie esperaba, la pandemia, pero poco a poco estamos venciendo al virus. Pueden estar seguros, como jefe supremo de las fuerzas armadas jamás mi ejército irá a las calles para mantenerlos dentro de casa
, declaró Bolsonaro ante seguidores reunidos en las afueras del Palacio de Alvorada.
Al final del recorrido, Bolsonaro, férreo crítico del confinamiento para enfrentar la pandemia, se tomó fotografías, estrechó manos con decenas de seguidores, muchos de ellos, al igual que el mandatario, no llevaban cubrebocas, y agradeció el apoyo a un gobierno que se identifica en gran medida con el ejército
.
Ante el embate de una segunda ola de contagios de Covid-19, Brasil se ha convertido en el país con mayor índice de mortalidad en el continente, aunque el ritmo de contagios se ha reducido en las últimas semanas.
Acusaciones de ex ministros
En un discurso el pasado martes ante el Senado, el ex ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta, destituido en abril de 2020 por defender el distanciamiento social, afirmó que alertó sistemáticamente a Bolsonaro sobre las gravísimas consecuencias
de sus posturas frente a la pandemia.
Al día siguiente, el ex ministro Nelson Teich, quien sucedió a Mandetta por casi un mes, destacó que su renuncia se debió a la presión del mandatario para prescribir cloroquina contra el Covid-19, pese a ser un remedio ineficaz contra el virus y potencialmente peligroso.