Viernes 21 de mayo de 2021, p. 5
El cinerrealizador y uno de los autores de series más aclamados de la actualidad decidió ordenar sus apuntes y las reflexiones de sus diarios en los años en los que sufrió el golpe de perder a sus dos padres, figuras monumentales en la historia de América Latina y de la literatura, pero que para él eran sus padres, Gabo y Mercedes. La obra (Random House) parte de una recopilación de apuntes familiares que surgieron para conservarse en la intimidad del núcleo familiar, pero que ahora, finalmente y después de pensarlo mucho, ven la luz en forma de relato, como una última aportación del propio Gabo al corpus literario universal.
Gabo murió el 17 de abril de 2014; Mercedes, su mujer, el 15 de agosto de 2020. Por eso el libro, además de las anotaciones y reflexiones de Rodrigo García sobre la muerte de su padre, también incluye, en el final, el relato sobre la despedida a su madre. En el libro se añaden fotografías familiares inéditas, así como diálogos íntimos, como cuando en marzo de 2014 su madre le informa que su padre cayó enfermo de un resfriado, y sin más le dijo: De esta no salimos
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Se trata de una crónica íntima de los últimos días del Nobel, en la que también se ve el lado más humano de un personaje universal y de la mujer en la que se fijó cuando era una niña de nueve años, que le acompañó toda la vida y que apenas le sobrevivió unos años. Este relato, entreverado de recuerdos, es una especie de despedida, de homenaje.
En una entrevista con el diario El Mundo, Rodrigo García explicó lo que supone para él un libro como este: Es lo que dice el título: una despedida. Es despedida porque se fueron de la vida física, pero, en verdad, es imposible despedirse de tus padres. La muerte de los padres no es el fin de nada. No pasa un día sin que piense en ellos. Las últimas semanas con mi padre y todo este año pasado con mi madre me hizo reflexionar sobre lo que significa despedirse de tus padres. Mis padres murieron los dos a los 87 años. Los dos tuvieron unas vidas largas y buenas... pero da igual. Da igual incluso el tamaño alcanzado con respecto a los demás, a sus lectores en todo el mundo. Para un hijo, la muerte de un padre es siempre una catástrofe
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Añadió: Hay una dualidad curiosa. Soy consciente de que mi padre me pertenecía a mí y todos los demás. Soy consciente de que si mi padre no fuera el que fue, no sé qué interés podría tener el libro. En todas las entrevistas que he hecho en mi vida, siempre me han preguntado cómo y cuánto me ha influido mi padre y siempre me muerdo la lengua para no dar la única respuesta cierta: Mi padre me ha influido lo mismo que a usted el suyo. Da lo mismo que tu padre sea un escritor famoso o un taxista, un padre siempre es un padre
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