Saúl Canelo Álvarez sólo le pidió una cosa a su hermano Ramón El Inocente: Quiero que les en la madre a Omar Chávez. Más que un consejo técnico del boxeador mexicano más exitoso, lo que le sugirió fue el cobro de una afrenta familiar.

El sábado 21 de junio, en el estadio Jalisco, Julio César Chávez se despedirá de los combates de exhibición ante el hijo del Macho Camacho; habrá dos combates más en la cartelera. El Junior se medirá ante el ex campeón de UFC, Anderson Silva. El menor de los Chávez enfrentará por tercera ocasión al hermano del Canelo.

Ramón no pelea desde hace un par de años. La última vez sufrió una derrota ante un ex rival de su hermano, el cubano Erislandy Lara. Ese tropiezo le dolió demasiado, al grado de querer retirarse.

Dejé de pensar en el boxeo, comparte Ramón desde Guadalajara; me la pasaba acostado todo el día, sin hacer nada, pensando en retirarme. Pero hubo un momento de reflexión con mi hermano Saúl y Rigoberto (también dedicado al boxeo), y sobre todo el apoyo de mi pareja.

Ramón tenía muchos kilos de más. Parecía un señor mucho mayor, reconoce. Volvió al gimnasio y ahora está entregado con disciplina y compromiso para aportar su parte a la historia de los hermanos Álvarez: Saúl con títulos en cuatro divisiones y Rigoberto fue monarca superwélter. El Inocente desea conquistar un cetro para que sean los únicos tres hermanos con campeonatos en la historia.

Eso ya dependería de mi propia carrera y no tiene relación con los triunfos de Saúl, explica; estoy como renacido.

Canelo lo contrató en una de sus empresas. Ramón empezó a trabajar en labores de oficina; eso le devolvió la responsabilidad y el ánimo de conseguir nuevas metas personales.

Primero, pude hacerme cargo de mis gastos, pero también responsable con el dinero, cuenta; antes lo que ganaba lo gastaba. Ahora pienso de forma más administrativa y prudente.