Jueves 29 de julio de 2021, p. 12
Los desafíos que ha impuesto la pandemia de Covid-19 al ejercicio de las garantías de los niños son múltiples. En América Latina y el Caribe, sectores vulnerables como los menores indígenas y refugiados vieron afectados su derecho a una vida sin violencia y al acceso a la salud y la educación.
En la sesión virtual de cierre del V Seminario de Pensamiento Latinoamericano sobre Derechos de la Niñez, convocado por la iniciativa Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, especialistas en derechos de la infancia y colectivos de siete naciones de la región advirtieron de la necesidad de acciones urgentes en salud y protección de niños y adolescentes.
Ana María Watson, del Grupo de Iniciativa Nacional por los Derechos del Niños (GIN-Perú), destacó las condiciones de vulnerabilidad que han enfrentado los menores refugiados, cuya voz es la menos escuchada en la integración de las acciones de respuesta ante la pandemia de Covid-19
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Destacó que otro desafío que afrontan la niñez y la adolescencia en tiempos de pandemia es la violencia sicológica, física y sexual, debido a que en la región el castigo físico y los tratos humillantes se tienen muy naturalizados como parte del proceso educativo
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La especialista consideró que la niñez se ha convertido en una víctima oculta de la pandemia, por lo que urgen acciones directas para detener cualquier forma de violencia contra infantes y adolescentes, y garantizar su derecho a una vida libre de toda violencia
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Julia Velasco, de Coalición Bolivia, destacó que en América Latina y el Caribe habitan 826 pueblos indígenas que alcanzan 8 por ciento de la población regional. Agregó que se cuenta con pocos datos sobre cómo ha afectado la pandemia a los pueblos originarios, y en particular a niños y adolescentes indígenas, quienes ya enfrentaban múltiples barreras para tener acceso al derecho a la educación.
La falta de disponibilidad de Internet y equipos tecnológicos impidió que un importante sector de niños indígenas, aseveró, no pudiera ejercer un aprendizaje a distancia, a lo que se suma la marginación que enfrentan para asistir a sus escuelas, que suelen quedar a varios kilómetros de sus casas, así las clínicas de salud, por lo que activistas y defensores de los derechos de la infancia apremiaron a los gobiernos a garantizar el acceso a la salud y la educación de todos los niños y adolescentes indígenas de la región.