Sábado 25 de septiembre de 2021, p. 15
Cientos de adultos mayores acudieron ayer a recoger su orden de pago y la tarjeta bancaria que otorga la Secretaría del Bienestar (SB) para recibir la pensión universal correspondiente al bimestre septiembre-octubre, lo que generó una fila muy larga alrededor del inmueble donde se llevó a cabo la entrega.
De acuerdo con trabajadores de la dependencia, únicamente se atendió a beneficiarios del programa que sean mayores de 68 años inscritos desde hace mucho tiempo
cuyos plásticos hayan sido extraviados o bloqueados por introducir erróneamente el nip.
A ellos, indicaron, se les llamó por teléfono en días pasados, por lo que aún no les corresponde ir a las personas de 65 años
. No obstante muchos de esta edad insistieron en formarse, lo que ocasionó molestia y desorganización.
En julio pasado, el Ejecutivo federal oficializó –a través de un acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación– la ampliación del programa para que personas mayores de 65 años o más puedan tener acceso a la pensión universal de 3 mil 100 pesos bimestrales.
Anteriormente la población objetivo eran los indígenas o afromexicanos mayores de 65 años y la población adulta mayor de 68 años.
Ayer, al menos un millar acudió al módulo ubicado en la colonia Narvarte desde las 6 de la mañana e hicieron una larga fila bajo el sol; algunos de ellos, con visibles condiciones de discapacidad.
Se pudo constatar que poco después de las 17 horas, uno de los últimos beneficiarios que ingresó a la oficina de Bienestar tenía la ficha mil 19. Incluso, personal de la secretaría sacó sillas de las oficinas para que los adultos mayores esperaran mientras llegaba su turno.
Mirna Carabeo, por ejemplo, comentó que estuvo desde las 11 de la mañana y, visiblemente cansada, fue atendida cerca de las cinco de la tarde. Hay que tener paciencia, no queda de otra porque de lo contrario ya no podemos cobrar, sino hasta noviembre
, expresó.
Muchos acudieron con sus familiares, quienes expresaron descontento por la desorganización
y constantemente solicitaban permiso al personal de la dependencia para ingresar al módulo, con el fin de revisar el estado de salud de la persona que recibiría el plástico, pues decían que se siente mal
e incluso algunos no habían comido.
Entrevistados, adultos mayores comentaron que el proceso duró en promedio seis horas: cinco en estar formados y una en ser atenderlos y gestionar el trámite, para lo cual se les tomó una fotografía y les solicitaron cuatro fotocopias de su identificación del INE, con números telefónicos de referencia para contactarlos posteriormente.