CFE, litio y bloque opositor
// ¿PRI votará con Morena? // Estrellas derechistas en aprietos // Sarkozy, Calderón y Vargas Llosa
al vez la más arriesgada de las apuestas que se han intentado en el primer trienio obradorista es la correspondiente a la iniciativa de reforma legislativa que busca dar más centralidad a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y una reivindicación parcial al dominio estatal sobre el litio (propiedad nacional, salvo en algunas concesiones extranjeras vigentes).
La propuesta de devolver fuerza y control a la CFE ha sido asumida como un intento apenas disfrazado de expropiación por los representantes empresariales mexicanos, con la solidaria vista inquisitiva de firmas trasnacionales y gobiernos como el de Estados Unidos.
A esa postura, presta para entrar en reacción, se agregan los señalamientos negativos desde ese sector contra el director de la CFE, Manuel Bartlett, por episodios anteriores de la historia de este personaje y por otros recién llegados, como la inclusión de su pareja sentimental en los documentos de Pandora sobre recurrencias a paraísos fiscales.
La citada reforma entra al coliseo legislativo en condiciones menos favorables que en el trienio obradorista por cumplirse: hubiera sido menos complicado sacar adelante esa propuesta con la anterior conformación de las bancadas partidistas. Aunque, caray, esta será también la oportunidad del diezmado priísmo para renovar el pacto, a veces discreto y a veces no, con el morenismo o, más en específico, con Palacio Nacional.
Alejandro Moreno, originalmente apodado Alito y, en estos años recientes, Amlito, tiene la posibilidad de recuperar bonos ante el poder presidencial y en la presidencia de la mesa directiva de San Lázaro está el coahuilense Rubén Moreira. Ellos y otros priístas directivos podrían dar los votos en la Cámara de Diputados y de Senadores para que avancen la reforma eléctrica y las regulaciones nacionalistas en materia de litio, considerado éste como el oro del futuro, el material básico para las baterías del multifacético desarrollo eléctrico mundial, sobre todo en vehículos automotores.
La probable adhesión del sobreviviente priísmo a las propuestas andresinas ya tiene primeras consecuencias divisorias en el bloque opositor
formado por Acción Nacional, que ha vuelto a designar a Marko Cortés como dirigente, lo cual no relanza ni posiciona positivamente a ese partido, el penoso fideicomiso de liquidación del de la Revolución Democrática y el también empequeñecido Revolucionario Institucional.
Aun así, con la expectativa de que el PRI se alíe a Morena, PT y Verde en San Lázaro para sacar adelante la multimencionada reforma, y que en el Senado se deshaga el bloque de contención
al obradorismo, en Morena y la llamada Cuarta Transformación se considera la eventualidad de tener que salir a las calles a apoyar y defender esa iniciativa de reforma en materias eléctrica y del litio.
La derecha partidista anda mal en España y México. No es un asunto de suerte, sino de consecuencias. El Partido Popular tuvo como invitados principales en su reciente convención nacional a Nicolás Sarkozy, ex presidente de Francia, que al otro día de su intervención con los conservadores españoles fue sentenciado a un año de prisión domiciliaria por el financiamiento ilegal que tuvo para su fallida campaña de relección en 2012 (https://bit.ly/3iAigiz). Ya antes, en marzo, había sido condenado por corrupción y tráfico de influencias, caso en apelación. Otra estrella
fue Felipe Calderón Hinojosa, cuyo discurso de autoelogio tuvo como telón de fondo la cárcel de su ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
Y Mario Vargas Llosa, que estuvo en México en un sesgado foro sobre libertad de expresión, también participó estelarmente
en la convención del PP, ayer fue señalado como otro guardador de fondos en paraísos fiscales para manejar sus ingresos por derechos de autor y la venta de algunas de sus propiedades, según los Pandora Papers (https://bit.ly/3AdE8q1, ya había aparecido en los Panama Papers). ¡Hasta mañana!
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