En el país se presentan al año entre 15 mil y 28 mil muertes asociadas a la contaminación del aire y nueve de cada 10 personas en el planeta respiran aire sucio. Esto ocurre en un contexto en el que las normas mexicanas vigentes de calidad del aire están lejos de cumplirse. A esto se suma que se amplía la brecha entre la normatividad actualizada, con base en las guías de calidad del aire 2005 de la OMS y aún pendientes de publicarse en el Diario Oficial, y los lineamientos que divulgó hace unos días el organismo internacional.

Tan sólo en 2019 en partículas finas 2.5 en las ciudades que se midió se incumplió la norma y los casos más graves fueron en Toluca y Tijuana, explicó Rodolfo Iniestra, del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climática. Agregó que los problemas de contaminación varían de una ciudad a otra; los contaminantes que predominan son ozono y partículas PM 10 y PM 2.5.

Las guías de calidad del aire de la OMS tienen cambios de parámetros en contaminantes como ozono y en partículas suspendidas, cuyo ataque a escala global llevaría a una reducción de 80 por ciento de la mortalidad, indicó Juan José Castillo, asesor regional de calidad del aire de la Organización Panamericana de la Salud en México.

Durante la conferencia virtual Nuevas guías de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud, convocada por la Comisión Ambiental de la Megalópolis, Alejandra Martínez, subdirectora ejecutiva de Manejo de Riesgos de la Comisión Federal para la Proteccion contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), detalló el estado de la normatividad de calidad del aire.

Señaló que en la modificación que se hizo a la norma oficial de dióxido de azufre en 2019 no se alcanzaron los niveles de las guías de 2005, mientras que las que están por publicarse de ozono, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, partículas finas y plomo, autorizadas este año y que están por publicarse en el Diario Oficial, se acercaron a las guías de hace 15 años.

Por su parte, Horacio Riojas, director de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública, único representante mexicano en la elaboración de las guías, explicó que los objetivos de ellas son dar recomendaciones basadas en evidencia. Ejemplificó que en el caso de las partículas 2.5 se encontró que aun a niveles bajos se encuentran excesos de mortalidad.