Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó ayer un fondo de emergencia de 976 millones de dólares para cubrir las necesidades inesperadas de migrantes y refugiados, incluidas las reubicaciones adicionales de afganos que dejaron su país para vivir en Washington tras la invasión de los talibanes.

Biden señaló en un memorando al secretario de Estado, Antony Blinken, que es importante para el interés nacional proporcionar esta ayuda adicional al Fondo de Asistencia para la Migración con el fin de satisfacer las urgentes necesidades inesperadas de refugiados y migrantes.

Indicó que la medida forma parte de las políticas de apoyo de su administración a la operación Aliados Bienvenidos, encargada de traer desde Afganistán a todas aquellas personas y sus familias que colaboraron con la intervención estadunidense.

En agosto, coincidiendo con la toma definitiva de Kabul por parte de los talibanes, el mandatario anunció otra asistencia valorada en 500 millones de dólares para refugiados de Afganistán. En aquella ocasión, la Casa Blanca precisó que dicha partida beneficiaría a los solicitantes de visados especiales.

En este contexto, congresistas de Nueva York reintrodujeron en la cámara baja federal un proyecto de ley que busca ofrecer estatus legal migratorio a inmigrantes que limpiaron escombros en el bajo Manhattan tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.

El llamado 9/11 Immigrant Worker Freedom Act es la revisión de un proyecto de ley que ya fue introducido en 2017, pero no avanzó en el Congreso.

En otro orden, Biden dio marcha atrás a la propuesta de que aquellos que incumplan las citaciones de la comisión de la Cámara de Representantes sobre el asalto al Capitolio, realizado por seguidores del ex presidente Donald Trump el pasado 6 de enero, debían ser enjuiciados.

Lo que dije no fue apropiado, lamentó el presidente, y especificó que tendría que haber hablado con mayor sabiduría. El mensaje llega después de que la Cámara de Representantes acusó a Steve Bannon, antiguo aliado de Trump, de desacato al tribunal por no acudir a declarar tras ser citado por la comisión.

La Corte Suprema no bloqueará de inmediato la ley de Texas que prohíbe la mayoría de los abortos, pero aceptó escuchar argumentos en la causa e impugnaciones a dicha ley a inicios de noviembre.